Algunos de los locatarios no sabían que el panteón permanecería cerrado y abrieron sus negocios para reponerse de las malas ventas de todo el año
El cierre de panteones provocó una reducción de las ventas de los comercios ubicados en los alrededores del panteón Cimatario hasta de un 90 por ciento, cifra comparada con años anteriores a la pandemia.
Marcial Flores López, dueño de la florería Marys, negocio que este primero de noviembre cumple 37 años de existencia, se resignó a las pérdidas.
“Con el problema de la contingencia estamos en una situación muy triste y ya sabíamos que se veía venir, y más ahora que está creciendo el contagio del virus. Debemos respetar los reglamentos de las autoridades”, agregó.
En la florería Martínez no sabían que incluso estos días el panteón permanecería cerrado, ya que no les notificaron las autoridades de manera oportuna. Y es que ellos esperaban un día para reponerse de las malas ventas de todo el año, mismas que han bajado un 80 por ciento.
“Todo el año las ventas están igual”, expresaron Jesús Antonio De la Torre González y Fabricio García García, quienes se manifestaron como sus dueños.
Al parecer, el público en general no estuvo informado, porque hubo personas que acudieron a ver y a recordar a sus difuntos.
“Si se fija, hay un letrero donde comunicamos que permanecerá cerrado hasta nuevo aviso. El letrero lleva desde el 17 de marzo”, explicó el encargado de turno del panteón, quien se identificó como Juan Carlos.
Durante la mañana, se pudo apreciar a dos familias que no estaban enteradas de que sus puertas estarían cerradas y, mucho menos, que lo estuvieran desde marzo.
“Aquí estamos personas preguntando si se va a abrir”, dijo.
La crisis comercial se extendió al mercado Escobedo, en donde las ventas de flor han caído un 80 por ciento, según comentó Irma, locataria de dicho centro de abasto.
“Esto está muerto, al dueño le regalaron 5 mil pesos las autoridades para que el negocio subsistiera, pero le negaron un crédito por otros 5 mil. Nunca les resolvieron. Si sobrevivimos es porque el dueño es previsor”, detalló Carmen González Arriaga, trabajadora de una paletería.
