Por necesidades emocionales se puede confiar en un desconocido: psicóloga

Araceli Gómez García señaló que una persona pueda llegar a confiar en desconocidos, por ejemplo, de redes sociales, y obedecerle, debido a que tiene necesidades de tipo emocional

Araceli Gómez García, docente de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), explicó que el que una persona, mujer u hombre, llegue a confiar en desconocidos, por ejemplo, de redes sociales, puede obedecer a que tiene necesidades emocionales.

Lo anterior, luego de que la Fiscalía General del estado de Querétaro informó sobre la detención de un hombre que a través de diferentes perfiles de Facebook convenció a por lo menos tres mujeres de mandarle fotografías íntimas para después contactarlas e intentar extorsionarlas.

“En el caso de las mujeres, si en estas edades en las que están en un proceso de desarrollo psíquico, donde se estructura la personalidad, se van teniendo fallas o se van teniendo carencias, o vacíos emocionales, entonces, van a intentar en otros momento de su vida llenar o suplir aquellas cosas que les faltan, y eso las hace más vulnerables o presas fáciles para que en el momento en que aparezca alguien que de alguna manera podría representar como aquel sujeto que les dé lo que les hace falta, o que crean que se los va a dar, entonces, eso les hace caer en una trampa”.

La también experta en el área de la psicopatología puntualizó que se hace una serie de presentaciones, a partir de las señales que los delincuentes o extorsionadores emiten y, entonces, es más fácil que una persona se enganche en el imaginario de buscar suplir esas carencias o esos vacíos emocionales que tiene.

“Se podría pensar, porque no es una regla, que los niños y jóvenes, refiriéndome a la edad, por la edad en la que están y los procesos psíquicos que viven, se puede decir que este sector de la población es más dependiente de otros por el proceso de constitución de la personalidad, por lo que el grado de vulnerabilidad aumenta, porque busca ser aceptado, reconocido y valorado, que en la mayoría de las ocasiones se busca fuera del núcleo familiar”.