El director del Laboratorio de Inmunología y Vacunas de la UAQ puntualizó que hasta el momento se desconoce si Ómicron causará mayor gravedad de enfermedad entre los infectados por Covid-19 o si es más transmisible que el resto de las variantes
El líder de proyecto de la vacuna Quivax 17.4 y director del Laboratorio de Inmunología y Vacunas de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Juan Joel Mosqueda Gualito, explicó que lo que preocupa de la nueva variante del SARS-CoV-2 denominada Ómicron es que todas sus mutaciones actúan sobre la proteína que se emplea como vacuna y, en consecuencia, se desconoce qué tan eficaces puedan ser los biológicos aplicados a la población.
“Eso ha preocupado a la comunidad científica, porque no sabemos todavía sobre si esta proteína de la espícula puede afectar la eficacia de las vacunas que estamos poniéndonos actualmente. Apareció el primer caso en Estados Unidos de una persona infectada con la variante Ómicron que ya estaba completamente vacunada y había recibido sus dos dosis. (…) Eso podría indicar que esta variante quizás escape a la respuesta inmunitaria que generan las demás vacunas”, dijo.
Sin embargo, puntualizó que hasta el momento se desconoce si Ómicron causará mayor gravedad de enfermedad entre los infectados por Covid-19 o si es más transmisible que el resto de las variantes: Alpha, Beta, Gamma y Delta.
“Algunos países cierran sus fronteras inmediatamente a cualquier signo de una nueva variante, pero eso no significa que lo deban hacer, porque no tienen un fundamento. Yo lo que creo es que ahorita todavía no hay suficiente evidencia científica como para tomar una decisión así, aunque sí es de notar que es una variante con muchas más mutaciones que las cuatro variantes de preocupación que ya estaban reportadas”, afirmó.
En este sentido, Mosqueda Gualito confirmó que tal vez en la actualidad ya se estén realizando estudios de neutralización in vitro con células infectadas con Ómicron, pero no se conocerá si es mayor o menor el grado de enfermedad que provoca la variante hasta que el número de personas contagiadas sea de por lo menos 30.
“En México o en cualquier parte del mundo esos estudios se hacen con número arriba de 30 personas, que es lo que estadísticamente te puede definir (…) que seguramente en algunos países ya los están haciendo”, precisó.