Fue hace 105 años, cuando el antiguo Teatro Iturbide de la ciudad de Querétaro fue sede del Congreso Constituyente, que promulgó la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos el 5 de febrero de 1917
Hace 105 años, el 5 de febrero de 1917, fue promulgada la Constitución Política de los Estado Unidos Mexicanos en la ciudad de Querétaro –que entonces era la capital provisional de un país sacudido por los combates de la Revolución Mexicana– tras casi dos meses de sesiones del Congreso Constituyente en el antiguo Teatro Iturbide (actualmente Teatro de la República).
Dicho acontecimiento histórico marcó el punto culminante del movimiento revolucionario iniciado en 1910, cuando Francisco I. Madero convocó al pueblo mexicano a levantarse en armas contra la dictadura de Porfirio Díaz; el texto de la Carta Magna que todavía está vigente representó una síntesis de las demandas agrarias, laborales, educativas y políticas de los diferentes bandos revolucionarios.
Tras haber declarado a la ciudad de Querétaro como capital provisional de México el 2 de febrero de 1916, el primer jefe del Ejército Constitucionalista y encargado del Poder Ejecutivo Federal, Venustiano Carranza, anunció su intención de convocar a un Congreso Constituyente para redactar un nuevo texto fundamental.
“…Cuando la paz se restablezca, convocaré congreso debidamente electo por todos los ciudadanos, el cual tendrá carácter de constituyente para elevar a preceptos constitucionales las reformas dictadas durante la lucha”, dijo el líder revolucionario coahuilense el 3 de febrero de aquel año.
Ante el debilitamiento del Ejército Libertador del Sur al mando de Emiliano Zapata en el estado de Morelos, la derrota de la División del Norte encabezada por Francisco Villa en las batallas de Celaya y el fracaso de la Convención de Aguascalientes; Carranza se sintió fortalecido para poner fin a la fase armada de la Revolución Mexicana con la creación de una nueva ley fundamental.
Con un total de 219 diputados entre propietarios y suplentes, el Congreso Constituyente se instaló el 1 de diciembre de 1916 en el recinto del entonces Teatro Iturbide (ahora Teatro de la República), el cual había sido el escenario del juicio militar contra el emperador austríaco Maximiliano de Habsburgo y los generales mexicanos Miguel Miramón y Tomás Mejía en 1867.
Entre el 1 de diciembre de 1916 y el 31 de enero de 1917, el Congreso Constituyente celebró 66 sesiones ordinarias, una sesión permanente y una sesión de clausura. Los debates fueron protagonizados por tres facciones principales: los progresistas vinculados con Álvaro Obregón, los moderados relacionados con Carranza y los legisladores independientes; quienes terminaron por definir las mayorías necesarias para aprobar la Carta Magna, que reformaría la de 1857.
“El grupo obregonista estaba respaldado por el recién creado Partido Liberal Constitucionalista. La tendencia radical logró una mayoría, que se demostró en la composición de las comisiones. Del proyecto presentado por Carranza fueron aceptados los cambios en cuanto a la organización política del país, que le reafirman su carácter presidencialista. En una serie de artículos fundamentales impuso su criterio el ala jacobina. De hecho en la Constitución quedaron incorporadas las propuestas y demandas de las diversas corrientes revolucionarias”, señala la reseña del Congreso de la Unión sobre aquella asamblea constituyente.
Finalmente, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos fue aprobada con 187 votos a favor; el 31 de enero de 1917, los diputados del Congreso Constituyente y el propio Carranza juraron la nueva Carta Magna; cuyos artículos más trascendentes son el tercero, que garantiza el derecho a la educación; el 27, que regula la propiedad de la tierra; y el 123, que sustenta el derecho al trabajo.
Así fue como la ciudad de Querétaro –que entonces apenas tenía 88 mil habitantes y poco más de 4 mil viviendas– pasó a la historia como la cuna de la norma fundamental mexicana, que significó el punto culminante del movimiento revolucionario. Tras la promulgación del texto constitucional, la capital queretana siguió siendo capital provisional de la nación hasta el 12 de marzo de 1917.