El futbol, un fenómeno relacional en el que la expresión de emociones se contagia: psicólogo

Juan Carlos García Ramos explicó que los encuentros deportivos de este tipo se pueden entender como fenómenos relacionales en los que se generan “caldos de cultivo” y que, al expresar emociones, la violencia también se contagia

Luego de los actos de violencia ocurridos el sábado en el estadio Corregidora durante el partido de futbol entre Gallos Blancos y Atlas, Juan Carlos García Ramos, representante del Grupo Temático de Salud Mental del Colegio Estatal de Psicólogos de Querétaro, explicó que los encuentros deportivos de este tipo se pueden entender como fenómenos relacionales en los que se generan “caldos de cultivo” y que, al expresar emociones, la violencia también se contagia.

“Los que llegan a este tipo de eventos responden ante estímulos variados y, conociendo el espectáculo, hay elementos que lo favorecen, porque están los gritos, insultos, la convivencia de los aficionados, efectos del alcohol, atractivos eróticos, como pueden ser las edecanes; entonces, se conforma un caldo de cultivo, un torrente de químicos cerebrales y hormonales, que, de alguna manera, para algunas personas no es controlable, entonces, se refleja en un contagio masivo de esquemas mentales”, explicó.

El también expresidente del colegio agregó que los psicólogos coinciden en que el futbol es una oportunidad de desahogo emocional, es decir, una catarsis no terapéutica e “higiene mental” ante un cúmulo de tensiones, estrés y conflictos individuales, y que, en este suceso en específico, los efectos de la pandemia también jugaron un papel importante.

“En este asunto de la pandemia la gente ha contenido muchas emociones, muchas actitudes en este encierro y ahora la gente encuentra estas fugas emocionales, y la idea es que esto se puede encausar adecuadamente”, agregó el especialista.

Enfatizó que el tema de la salud mental y el futbol nunca ha sido considerado por las autoridades, ni se ha entendido que el espectáculo deportivo suele tener efectos secundarios adversos.

“Lo que se vio es un acto de regresión de los adultos hacia etapas infantiles, en el cual tenían que utilizar la violencia para conseguir ciertos propósitos. Esto es la salud mental que las autoridades debieran atender y no solo habilitar espacios de atención telefónica, sino programas de psicoeducación integrales”, enfatizó.