En la Avenida 5 de febrero confluyen diariamente 108 mil vehículos particulares, 12 mil de carga, 351 unidades de transporte público, 181 ciclistas y más de 31 mil peatones
Un ruido diferente, pero no extraño, se sumó al sonido que habitualmente se escucha en avenida 5 de Febrero, en la capital queretana. Es el de la maquinaria que utilizan trabajadores de la construcción para realizar, desde esta semana, las obras pluviales y sanitarias en la mencionada vialidad, cuyos antecedentes se remontan a 1958, cuando se inauguró la carretera federal 57.
Pero a los sonidos se añadió otro elemento: el visual. Con el inicio de los trabajos referidos, los cálidos colores, entre amarillos, rojizos y anaranjados, tanto de las señaléticas como del equipo de seguridad del personal, se mezclaron con ese ambiente citadino, en el que, de acuerdo con autoridades estatales, confluyen diariamente 108 mil vehículos particulares, 12 mil de carga, 351 unidades de transporte público, 181 ciclistas y más de 31 mil peatones. Estos últimos coincidieron en que sabían de la realización de los trabajos.
“Necesarios, sí; sin embargo, es qué tan funcional vaya a ser la obra realmente; también el tiempo que les va a tomar”, dijo Felipe, quien utiliza como paso frecuente 5 de Febrero.
Mayra, por su parte, refirió: “Desde ayer (martes) ya estaban. (…) Si ya no se va a inundar y si va a llover, pues sí (servirán), pero sí se inundaba bastante”.
“Estuvieron avisando (de la obra). (…) Era necesaria”, agregó Hugo.
Justo entre esa multitud de personas que día con día transita por la avenida, también se hicieron notar los tubos de concreto que, una vez realizadas las excavaciones correspondientes y tras ser sepultadas entre la tierra que hoy es retirada, serán el paso del agua de lluvia y sanitaria que circulará por ellos, con lo que se busca evitar inundaciones en puntos de la vialidad, como el cruce con Epigmenio González, donde comúnmente se anega el pavimento.
Para dar fluidez al tránsito y atender eventualidades, elementos de Movilidad capitalina y de la Policía Estatal hacen acto de presencia en los puntos donde, por momentos, se forman cuellos de botella.