“La pandemia aceleró y forzó a que todos nos hiciéramos más cibernéticos, que el home office fuera indispensable para seguir adelante, y muchos tuvimos que hacerlo con el desconocimiento y el riesgo que esto implicaba”, afirmó la presidenta de la AMASFAC delegación Querétaro
La pandemia de COVID-19 incrementó la vulnerabilidad frente a ataques cibernéticos debido en gran medida al desconocimiento de los riesgos que implicaba la adopción de la modalidad virtual a distancia en los empleos de la gran mayoría de las empresas.
Así lo informó la presidenta de la Asociación Mexicana de Seguros y Fianzas (AMASFAC) delegación Querétaro, Alejandrina Ortiz Balderas, en el marco de la charla “Ciberseguridad, amenazas y oportunidades en la nueva era digital”.
“La pandemia aceleró y forzó a que todos nos hiciéramos más cibernéticos, que el home office fuera una forma nueva de trabajar indispensable para seguir adelante, y muchos tuvimos que hacerlo con el desconocimiento y el riesgo que esto implicaba; esto disparó la vulnerabilidad para ser atacados de forma cibernética”, refirió.
Con una incidencia aproximada de 80 mil millones de intentos de ciberataques en lo que va de 2022 en México, se reporta un alza del 41.9% con respecto al año anterior, de acuerdo con cifras del Comité Nacional de Tecnologías de la Información del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (Index).
Con base en dicho índice, el 60% del total de ataques de este tipo en Latinomérica ocurren en México, de los cuales cerca del 48% se han debido a conexiones de acceso remoto poco seguras.
En este sentido, según datos de la empresa especializada en ciberseguridad AVAST, en 2021 los mexicanos tuvieron un 28.5% de posibilidades de estar expuestos a una ciberamenaza, apuntó la delegada, subrayando que las cinco regiones de México con mayor riesgo cibernético son Tabasco, Campeche, Yucatán, Sonora y Quintana Roo, en tanto que Querétaro ocupa el puesto 19 a nivel nacional.
“El punto de interés para los atacantes son nubes de datos, computadoras corporativas y personales y dispositivos móviles; por ello debemos estar preparados y evaluar constantemente el riesgo de nuestros sistemas, pues al igual que los desastres naturales, llegan sin avisar”, concluyó.