Desde el pasado jueves 22 de diciembre, miles de familias de la zona metropolitana de Querétaro padecen escasez de agua potable debido a los daños en el tubo principal del Sistema Acueducto II
Sobre avenida Eurípides, en la colonia San Pedrito Peñuelas, dos niños llegan con una carretilla en mano a rellenar sus garrafones de agua de una pipa que acaba de llegar. Los menores, que no sobrepasan los 12 años, son hermanos y su madre tuvo que salir a trabajar, por lo que ahora ellos son los responsables de la encomienda. Vienen acompañados de una vecina, quien también trae algunas cubetas vacías, porque su colonia lleva una semana sin agua.
En esa vialidad, a un costado de la Central de Servicios a la Comunidad (Ceseco) Norte, un aproximado de 50 vecinos, que han esperado tres horas formados a que una pipa de agua proporcionada por la Comisión Estatal de Aguas (CEA), les surta el líquido, tras la escasez provocada por los daños el 22 y el 26 de diciembre a la tubería del Acueducto II, corren entre sí con sus galones, botes y hasta con embudos improvisados con botellas de plástico para que ninguna gota se desperdicie.
En este punto, también espera una fila de camionetas que traen consigo algunos tambos de plástico color azul que son aptos para almacenar hasta 200 litros de agua.
“No son suficientes las pipas, porque se queda una aquí, surtiendo botecitos, y se va otra a las colonias; entonces no hay coordinación ni hay suficientes pipas”, dice el señor Enrique Salinas, mientras ayuda a los trabajadores de la CEA a rellenar los recipientes de agua.
Otra de nuestras brigadas ya se encuentra en El Salitre entregando agua. pic.twitter.com/oLhnIObchS
— CEA Institucional (@cea_qro) December 29, 2022
Pipas insuficientes
Otro de los vecinos comenta que las pipas únicamente pueden surtirles tres cuartas partes de tanque, aunque siempre les toca menor cantidad: “Se supone que es para cada casa, pero hay gente que tiene dos tinacos y un día viene a llenar uno y al otro día otro y se ponen a lavar”.
Menciona que ante la escasez, algunos han optado por pedir un servicio privado, con un costo de 420 a 450 pesos por tinaco; pero recalca que muchos no pueden pagar este precio.
Doña Margarita se ha abastecido únicamente con garrafones de agua para lavar los trastes y usar el sanitario; acarrear agua desde la avenida hasta su domicilio, al otro lado de la calle, le ha sido complicado porque su esposo tiene una discapacidad; pero este día su vecino le hizo el favor de cargar seis cubetas de agua.