La mayoría de la llamadas de broma a la línea única de emergencias 9-1-1 son realizadas por menores de edad; por lo que es complicado aplicar sanciones
El presidente de la Comisión de Seguridad Pública y Protección Civil del Congreso Local, Luis Antonio Zapata Guerrero, informó que más del 60 por ciento de las llamadas que ingresan a la línea de emergencias 9-1-1 son de broma y, en su mayoría, son realizan por parte de menores de edad.
Explicó que, por este motivo, se complica legislar para establecer sanciones a quienes realicen llamadas de bromas, ya que tampoco se contempla en la Ley Estatal de Seguridad Pública; puntualizó que sancionar directamente a los padres de familia de los menores sería inviable, debido a la complejidad que representa la extracción de información personal.
“Es un tema que siempre ha estado a debate porque el mayor número de las llamadas desgraciadamente son de broma, y son porcentajes superiores al 60 por ciento, en ese caso desgraciadamente muchas de las llamadas son de menores de edad y eso complica muchísimo poner una sanción”, dijo.
Afirmó que se tienen que realizar campañas de concientización para que adultos y menores conozcan la importancia de esta línea de emergencia con la advertencia de los números de donde se realizan las llamadas de bromas están completamente identificados por las autoridades.
“Hay que estar conscientes que una llamada de broma puede causar la muerte de alguna persona, por eso creo que se debe de hacer una campaña desde lo local, desde los municipios para hacer conciencia en este tipo de hechos”, apuntó.
El diputado local informó que el costó de operación de los cuerpos de emergencia incrementa de manera considerable, que pueden ir desde los 400 hasta los dos mil pesos, debido a las movilizaciones por llamadas de broma.
“Tenemos que poner en perspectiva los dos casos, el primero es que se encarecen las operaciones, y segundo que tanto ponemos en riesgo la vida de otra persona”, agregó.
Exhortó a la ciudadanía a evitar este tipo de llamadas, pues dijo, se afecta a un tercero que realmente requiere de atención.
