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“Así haga calor, llueva o truene, aquí tiene uno que estar”

Isidro Guzmán Galván, originario del estado de Hidalgo, trabaja de las 12 del día hasta las 11:30 de la noche para obtener una ganancia que va de los 200 a los 300 pesos

Todos hemos acudido a una tienda departamental y seguramente hemos visto a los famosos “vieneviene”, quienes ayudan cuando estacionamos nuestros vehículos y los cuidan en las áreas de estacionamiento, pero pocos nos hemos preguntando cómo enfrentan la actual ola de calor mientras desempeñan su labor.

Isidro Guzmán Galván, de 50 años, es originario del estado de Hidalgo; sin embargo, el deseo de mejorar hizo que, junto con su familia, se mudara a vivir al estado de Querétaro hace 13 años y desde entonces comenzó a trabajar como “vieneviene”.

Actualmente él trabaja en el estacionamiento de una tienda de autoservicio del municipio de Corregidora y, junto con otros compañeros, labora en el turno vespertino y al final del día se encarga de cerrar el área.

Isidro trabaja de las 12 del día hasta las 11:30 de la noche y explica que su actividad es cansada, ya que casi todo el turno debe permanecer de pie; sin embargo, las fuertes temperaturas hacen que su actividad se complique más, ya que recibe directamente los rayos del sol y solo mientras no ingresa o sale algún carro puede resguardarse del sol bajo un árbol o en el acceso de la tienda.

Explicó que a él le toca el turno donde el calor se siente más fuerte, por lo que el cansancio, sudor excesivo, dolores de cabeza, deshidratación y bochornos se han convertido en cosa de todos los días.

Para cuidarse del sol utiliza una camisa de manga larga, un sombrero y, ocasionalmente, bloqueador; además, trata de consumir bastante agua a lo largo del día.

Explicó que hay otros “vieneviene” que no se cuidan durante esta temporada de calor, lo que ha hecho que presenten otros problemas de salud o que no vayan a trabajar por las altas temperaturas.

“Así haga calor, llueva o truene, aquí tiene uno que estar, porque tiene una responsabilidad; si llueve, nos ponemos nuestras botas, o si hace calor, nuestro sombrero, pero siempre hay que estar aquí”, apuntó.

Guzmán Galván señaló que quienes trabajan en esto sobreviven solo con las propinas que la gente les da, ya que las tiendas no les ofrece ningún tipo de apoyo económico o prestación laboral; en un día, ellos pueden ganar entre 200 y 300 pesos en promedio.

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