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El estrés electoral se extiende a la familia: experto dice cómo aliviarlo

Juan Carlos García señaló que cuando las rivalidades partidistas amplían su radio de acción hasta tocar familias o amistades, se genera un desequilibrio que es preciso atender

Cuando las rivalidades partidistas amplían su radio de acción hasta tocar familias o amistades, se genera un desequilibrio que es preciso atender, de acuerdo con Juan Carlos García Ramos, psicólogo egresado de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).

“Actualmente, la lucha interna de un partido se traslada a otros partidos y luego se vuelve mucho más amplia, social; entre los mismos ciudadanos, en las familias, en los grupos de redes sociales hay confrontación entre ideologías”.

Esto lo afirma García Ramos con base en la experiencia de no solamente haber tratado a pacientes con este tipo de afectaciones, sino también con fundamento en lo presenciado en la década de los 80, cuando participó en el órgano electoral.

“En aquella época me di cuenta de la dinámica de los partidos para la nominación de candidatos; me tocó ver llorar a algunos de los participantes por las derrotas que sufrían”.

Para no caer en estrés a causa del apasionamiento por la política, García sugiere a los ciudadanos que, ante el ambiente de tensión electoral, traten de cambiar de foco y trasladarlo a acciones virtuosas.

Convivir con amigos, hacer reuniones familiares, estudiar, practicar algún deporte o, simplemente, salir a caminar son algunas de las actividades que, según este experto, deben realizarse cuando se perciba que el tema político empieza a causar angustia o molestia.

“Tenemos que enfocarnos en eso y dejar que el escenario político se vaya diluyendo paulatinamente; así nos vamos a fortalecer para que cuando vuelvan a surgir las confrontaciones, ya no nos afecten”.

En cuanto al consejo popular de “mejor no hablar de política”, García considera que sí es válido aplicarlo en ciertos casos.

“Si brotan contradicciones o inquietudes en pláticas de política con familia o amigos, mejor evitarlas, y entonces buscar otros espacios donde se puede hablar del tema, pero de manera productiva y propositiva”, recomienda.

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