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Jóvenes queretanos resultan escépticos, pero nunca abstencionistas

Los jóvenes piensan votar, pero todavía no saben por quién; seguramente lo definirán cuando se encuentren frente a la boleta electoral

Piensan votar, pero todavía no saben por quién; seguramente lo definirán cuando se encuentren frente a la boleta electoral

La desilusión, el escepticismo, el hartazgo, pero no el abstencionismo, caracterizan a algunos jóvenes entrevistados en la ciudad de Querétaro, quienes, pese a que no exhiben entusiasmo por la política partidista, acudirán a votar este 2 de junio.

Ellos tienen entre 20 y 35 años. Ya han votado en ocasiones anteriores y lo volverán hacer; aún no saben por quién, pero no será por el mejor, sino por el menos malo, según su percepción.

“Sí tengo considerado votar el domingo, pero aún estoy pensando por quién, aún no lo decido, voy a ver quién me conviene más”, dice Alan, de 24 años.

Este joven comparte que no tiene la esperanza de que, tras las elecciones, la situación mejore en el estado; se define como escéptico de la política.

Mientras que Alejandra, de 25 años, asegura no contar con motivaciones para ir a votar, porque ninguno de los candidatos la convence; no obstante, participará.

“Preferiría no votar, pero voy a hacerlo para que mi voto no se lo den a alguien más”, afirma esta joven con base en el supuesto de que la boleta en blanco podría ser utilizada en algún tipo de fraude a favor de alguno de los candidatos.

Ella también comenta que las personas mayores de 40 años cuentan con mayor entusiasmo por la política, pero no por el bien común de la sociedad, sino porque esperan algún tipo de apoyo en particular.

A Gabriel, de 23 años, no le interesa la elección a nivel local, sino la que definirá a quien asuma la Presidencia de México.

“Por el momento, no tengo ninguna preferencia por algún partido o candidato en específico, pero sí pienso votar, porque de alguna forma quiero que mi voto tenga influencia en mi comunidad”, expresa.

Finalmente, Aníbal, de 32 años, reconoce que solamente ha votado en tres ocasiones anteriores y el domingo será la cuarta. Su motivación: ver si los políticos cumplen con sus promesas.

“Pero aún no he decidido por quién votar, porque he estado ocupado en problemas de la vida; lo voy a decidir el domingo”, platica con un esbozo de sonrisa.