A los inversionistas les preocupa el efecto que pueda tener en el crecimiento económico, las ganancias de las empresas y sus acciones, las medidas que ya comenzaron a adoptar algunos países para evitar una pandemia por el Covid-19
La mayoría de mercados accionarios en el mundo sufrieron su peor desempeño semanal desde la crisis financiera de 2008 y 2009, debido al incremento en el nivel de alerta por el Coronavirus, lo que también provocó que las principales bolsas en Estados Unidos, Europa, Asia, y México borraran todas las ganancias del año.
Destaca la caída semanal de -12.36 por ciento en el índice Dow Jones, de 10.54 por ciento en el Nasdaq; ambos índices en su nivel más bajo desde 2008. Por su parte el índice Standard and Poor’s 500 retrocedió 11.49 por ciento.
El S&P/BMV IPC de la Bolsa Mexicana registró una caída semanal de 7.76 por ciento, la mayor pérdida para una semana desde octubre de 2008, con lo que mantiene una pérdida en lo que va de 2020 de 5.09 por ciento.
A los inversionistas les preocupa el efecto que pueda tener en el crecimiento económico, las ganancias de las empresas y sus acciones, las medidas que ya comenzaron a adoptar algunos países para evitar una pandemia por el Covid-19, ya que al viernes por la noche el número de países con contagios confirmados creció a 55, con un total global de 83 mil 365 casos y 2 mil 857 muertes.
“La gran incertidumbre asociada al coronavirus ha incrementado de manera importante el debate sobre una posible recesión global en el 2021, por lo que el foco de los inversionistas la próxima semana seguirá centrado en las noticias asociadas al Covid-19”, expresó Gabriel Casillas, director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversionistas de Banorte.
En Europa, el índice CAC-40 de París bajó 11.94 por ciento en la semana que terminó; el FTSE-100 de Londres se contrajó 11.12 por ciento, el DAX de Alemania bajó 12.44 por ciento y el FTSE MIB de Milán se desplomó 11.18 por ciento.
En Asia, el índice CSI300 de China cayó 5.05 por ciento, el Nikkei-225 de Tokio bajó 9.59 por ciento y el Hang Seng de Hong Kong retrocedió 4.32 por ciento.
El gran sentimiento de aversión al riesgo, es decir el temor por mantener las inversiones en las bolsas o en bonos de países emergentes, forzó a los inversionistas a practicar el “flight to quality”, vender sus posiciones que consideran más riesgosas para ir a refugiarse en bonos del Tesoro Norteamericano.
Esto último, a su vez, elevó la demanda de dólares y los encareció, propiciando la devaluación de las monedas del mundo.