Debido a la contingencia sanitaria del COVID-19, las instituciones financieras han reconfigurado su manera de operar, algunas sucursales han cerrado; las que permanecen abiertas trabajan con el personal mínimo indispensable, permitiendo la entrada de personas por bloques o una a una
Al exterior de los bancos últimamente se pueden ver filas y más filas de usuarios, algunas rápidas cuya espera ronda en los 20 minutos, pero otras que llegan a prolongarse más de una hora esperando para ser atendidos.
Debido a la contingencia sanitaria del COVID-19, las instituciones financieras han reconfigurado su manera de operar, algunas sucursales han cerrado; las que permanecen abiertas trabajan con el personal mínimo indispensable, permitiendo la entrada de personas por bloques o una a una.
A las puertas de los bancos, carteles con los nuevos protocolos y gel antibacterial dan la bienvenida a las personas en medio de la emergencia por el coronavirus, la gente en fila con el rostro cubierto por tapabocas, alejado uno de otro poco más de un metro para respetar la distancia y evitar algún contagio.
“Ya no sé cuánto llevo formada, más de una hora, como hora y media”, dice una mujer afuera de una sucursal de Santander, en su rostro se nota el fastidio y el cansancio por un sol de primavera que no cesa ni da tregua en la Ciudad de México; tras de ella, las caras se reproducen con el mismo gesto, algunos bajo sombrillas o cualquier sombra que haga más soportable la espera.
Dentro del banco apenas se ve movimiento, unas 10 personas entre clientes, ejecutivos de cuentas y cajeros; en la entrada, una empleada va dando el paso una a una a las personas, no sin antes proporcionarles una dotación de gelantibacterial.
En las sucursales de BBVA, Banorte, Citibanamex, HSBC e Inbursa, la escena es la misma, filas que pueden ser de 20 minutos hasta una hora y media, personas que tratan de hacer una transacción en su banco.
De hecho, en marzo pasado, la Asociación de Banco de México (ABM) informó que mantendrá toda la gama de servicios a disposición de clientes y usuarios, sucursales, en aplicaciones de banca digital, banca electrónica, cajeros automáticos, tarjetas de crédito y débito en terminales punto de venta, corresponsales bancarios y centros de atención telefónica.
Sin embargo, toma medidas preventivas que ofrezcan la mayor seguridad para la salud de sus colaboradores, clientes y usuarios; en cuyas las sucursales contarán con gel antibacterial, esparcimiento de clientes y usuarios en áreas de atención en plataforma, ventanilla y cajeros automáticos y asepsia constante.
Además están al servicio de la población la banca en línea, ya que desde las aplicaciones o sitios de internet de las instituciones, las personas pueden hacer pagos, transferencias, consulta de saldos, movimientos, incluso aclaraciones, sin salir de su casa.