Adoptar esta regla como un hábito ayudará a controlar y dar mejor seguimiento a nuestro presupuesto, así como cumplir metas y anticipar imprevistos
La clave para lograr unas finanzas personales sanas es la elaboración de un presupuesto, es decir, la planeación de los ingresos y gastos en un periodo de tiempo determinado.
De acuerdo con Afore SURA, para tener una correcta administración de los recursos y lograr los objetivos financieros, es conveniente aplicar la regla del 50-40-10.
Para comenzar, se debe revisar el presupuesto inicial para después dividirlo en tres partes de la siguiente manera: 50-40-10. Hacer esto ayudará a tener una mejor visión a futuro de la manera en que se deberá gastar el dinero.
50 por ciento para gastos fijos y constantes de cada mes. Considera esta cantidad como una de las más importantes de tu presupuesto, ya que te permitirá pagar los productos o servicios básicos necesarios que no puedes posponer. En este porcentaje se encuentran los gastos relacionados con la casa, luz, gas, Internet, salud, alimentación y educación.
40 por ciento para gastos variables e imprevistos. Esta cantidad tiene como propósito solventar los gastos de transporte, médicos, ropa y calzado, o diversiones. Incluye, además, los pagos relacionados con las tarjetas de crédito y las deudas. En el caso de los gastos médicos, aunque de momento no requieras atención médica especializada, trata de guardar una pequeña cantidad de manera mensual para enfrentar emergencias y no recurrir al endeudamiento.
10 por ciento aportaciones voluntarias. Ponte un límite de ahorro que te resulte cómodo al principio, puede ser quincenal, semanal o mensualmente. Lo importante en un primer momento es arraigar el hábito del ahorro; después, conforme vayas viendo los beneficios, incluso podrías aumentar este porcentaje y ajustar tus gastos variables.
Evita gastar de más en cosas que no son realmente necesarias y que además se salen de tu presupuesto inicial, ya que, por pequeños que parezcan, los gastos hormiga pueden convertirse en una gran cantidad de dinero a largo plazo.