El presidente ejecutivo de la ANAM rechazó el nuevo etiquetado frontal para alimentos y bebidas pues consideró que sólo propiciará “la caída de venta en un 25 por ciento”
En un comunicado, Iñaki Landáburu Llaguno, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Abarroteros Mayoristas (ANAM), explicó que la modificación a la Norma Oficial Mexicana 051, impactará a 140 empresas mayoristas y 630 mil tienditas de abarrotes que existen en el país.
Lo anterior, dijo, implicará una baja en las ventas porque serán muchísimos los alimentos que requerirán este nuevo etiquetado como dulces, golosinas, pan, leches, lácteos, yogurt, quesos, paletas, entre otros.
“El etiquetado aprobado es un retroceso porque elimina información relevante para todos los mexicanos y contiene menos información disponible para comparar entre los distintos alimentos”.
Por ello, se unió a la petición del sector empresarial para que el gobierno dé un plazo de transición de 2 años, a fin de sacar los inventarios existentes con el etiquetado actual.
Detalló que las nuevas reglas generarán un comercio desleal pues mientras al pan embolsado (Bimbo o Marinela) tendrá “etiquetado negro” por los niveles de calorías, el de una panificadora se comercializará sin ese requisito.
Landáburu Llaguno, a nombre del sector abarrotero reiteró su llamado al Gobierno Federal para que escuche a la industria, al comercio, porque “no estamos para decrecimientos, al contrario, tenemos que buscar un crecimiento de la economía, así como un crecimiento en el comercio en México”.
Reconoció que el etiquetado no nos va afectar al grado de que se cierren tiendas porque va haber muchos otros productos, pero sí dañará las ventas y como ejemplo está Chile país al que se le impuso un etiquetado similar al que se pretende para México y se cayó 25 por ciento su comercio. Ahí llevan cuatro años y no se han recuperado los niveles de venta que tenía originalmente.
