Un acuerdo firmado entre el Insabi y el Ministerio de Salud de Cuba permitió la llegada –en mayo pasado– de 585 médicos cubanos a la Ciudad de México para atender a pacientes con COVID-19
Un grupo de 585 enfermeras y médicos originarios de Cuba podrían prolongar su estadía en la Ciudad de México más allá de julio próximo, cuando termina originalmente el contrato de 135 millones de pesos para enfrentar la pandemia de COVID-19; en caso de que el número de casos siga creciendo.
Fue en mayo pasado, cuando dicho contingente de personal médico cubano arribó a la capital mexicana para hacer frente a la emergencia sanitaria, causada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2.
La secretaria de Salud de la Ciudad de México, Oliva López Arellano, declaró –durante una entrevista con la agencia británica de noticias Reuters– que el acuerdo firmado entre el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y el Ministerio de Salud de la isla caribeña comprende el pago de sueldos y gastos de investigación.
Asimismo, la funcionaria capitalina detalló que dicho contrato incluye “no solo atención médica directa, sino también asesoría, trabajo de campo, trabajo epidemiológico y una parte de análisis de protocolos”; además, señaló que el hospedaje y los viáticos de los médicos cubanos se financian gracias a donaciones privadas.
De acuerdo con titular de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México, el acuerdo entre el Insabi y el Gobierno de Cuba vence el 31 de julio próximo, pero el pacto podría extenderse en caso de que se mantenga la pandemia de COVID-19. “Tenemos que valorar mucho la dinámica de la epidemia y la posibilidad de que nuestras plantillas de personal ya estén estabilizadas”, dijo.
Aunque La Habana mantiene convenios para proporcionar médicos y enfermeras con 70 países alrededor del mundo, se conocen muy pocos detalles acerca de las condiciones de trabajo de estos profesionales de la salud.
Tan solo en noviembre de 2019, la relatora especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre las Formas Contemporáneas de Esclavitud, Urmila Bhoola; y la relatora especial de la ONU sobre la Trata de Personas, María Grazia Giammariano, consideraron que los médicos cubanos estarían siendo víctimas de “trabajo forzado”.