El próximo 10 de febrero, el presidente Andrés Manuel López Obrador, inaugurará una nueva plataforma militar con seis hangares, construida dentro de la ampliación de lo que fue la Base Aérea Militar Santa Lucía, hoy declarada como Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), esto con el fin de darle celebración al Día de la Fuerza Aérea Mexicana.
Fue el Mayor Ingeniero Constructor Edwin Gallegos, encargado del frente número 10 (Terminal de combustible) y jefe del área de recursos humanos del Agrupamiento de Ingenieros, quien señaló en una entrevista que esperan la llegada del Presidente para realizar una ceremonia e inaugurar los nuevos hangares que albergarán a los diferentes escuadrones así como el equipamiento militar de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM).
Hoy esta plataforma es una de las áreas más avanzadas de la obra, al momento lleva poco más del 75 por ciento de avance. La reubicación de las instalaciones militares contempló la construcción de una pista, -adicional a la ya existente- de uso militar con una longitud de 3.5 kilómetros y 45 metros de ancho.
Al mismo tiempo, se han levantado en construcción 1,500 nuevas viviendas de uso militar. De acuerdo a sus propios datos, hay 33,270 personas trabajando desde administrativos, arquitectos, ingenieros, operadores de maquinaria , obreros, y exclusivamente 1,270 ingenieros militares.
Desde el inicio de las obras en 2019 y hasta el 1 de febrero de 2021, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha registrado un avance general del 49.60 por ciento, restando 413 días para la fecha en que se prometió la inauguración del aeropuerto, el 21 de marzo de 2022.
Con 44 posiciones de contacto para aeronaves, el primer año promete una capacidad para atender a 19.5 millones de pasajeros y 350,000 toneladas de carga. En este momento, la pista central para la aviación civil, que contará con una longitud de 4.5 kilómetros y un ancho de 45 metros, se encuentra terminada; sin embargo, aún falta el equipamiento necesario para satisfacer los requisitos operacionales de las aeronaves.
El aeródromo contará con una torre de control de 88 metros de altura, la segunda más grande de México después de la de Cancún y está siendo equipada con una cabina para 12 controladores aéreos dedicados a las operaciones civiles, y dos más para las operaciones militares. El edificio terminal será una estructura de casi un kilómetro de largo, dividido en área norte y área sur.
Hasta enero de este año, el equipo de construcción ha acarreado para su reutilización más de cinco millones y medio de metros cúbicos de materiales pétreos de los 35.5 millones localizados en el cancelado Nuevo Aeropuerto Internacional de México, en Texcoco.
Para conectar al Aeropuerto, el Gobierno Federal destinó 78,494 millones de pesos para la construcción de carreteras en el Estado de México.Las obras de construcción de carreteras hacia la nueva terminal aérea representan más del 34 por ciento de los 228,000 millones del paquete económico, con inversión pública y privada.
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