Jornada de sorpresas.
Primera sorpresa: La participación de una mexicana zarandeó la conciencia, ayer, de los líderes mundiales que participaron en la cumbre climática que organiza el presidente Biden para festejar y anunciar su regreso al Acuerdo de París.
Se trata de la joven activista Xiye Bastida, miembro del movimiento Viernes por el Futuro iniciado por Greta Thunberg. Después de casi tres horas de discursos formales cargados de una retórica de compromiso por un futuro mejor a partir de una lucha infranqueable en contra de la crisis climática, Xiye Bastida lanzó un grito desesperado intergeneracional: “Deben de entender que la era de los combustibles fósiles ha terminado. Necesitamos una transición justa hacia las energías renovables en todo el mundo”.
A muchos de los jóvenes generación Thunberg se les etiqueta de naifs e idealistas, pero la mexicana discrepa. “¿Quién está siendo poco realista y poco razonable con estas supuestas soluciones sin ambición? Son ustedes los ingenuos si creen que vamos a sobrevivir a esta crisis sin cambiar nuestra forma de vida. Son ustedes los pesimistas si piensan que no tenemos lo que hay que tener para lograr cambios de verdad”.
Era un día para celebrar el regreso de Estados Unidos a la agenda climática, manoseada e ignorada por Donald Trump. Fue el secretado de Estado Antony Blinken quien aplaudió a la mexicana y la presentó como una víctima del cambio climático. La familia de Xiye Bastida, indicó, se refugió hace cinco años en Nueva York tras ser desplazados de su casa en San Pedro Tultepec, por las inundaciones que siguieron a varios años de sequías históricas.
Hija y nieta de activistas medioambientales y miembros de la comunidad otomí-tolteca, en Nueva York, Bastida se ha convertido en una líder social.
En el 2009 Xiye Bastida movilizó a 600 estudiantes de su colegio para participar en una marcha por el clima y ha colaborado en actos con la actriz y activista Jane Fonda.
Segunda sorpresa: ¡Bolsonaro!
El presidente brasileño Jair Bolsonaro habló sobre el clima. El anticlimático mandatario que ha traducido a la ciencia como una mosca en su gobierno pro militar, pudo por fin acercarse a un discurso global. Anunció que buscará la neutralidad de carbono para 2050, diez años antes de la meta anterior.
Bolsonaro también se comprometió a “eliminar la deforestación ilegal en Brasil en 2030”. La devastación de la Amazonía ha aumentado drásticamente desde que llegó al poder en enero de 2019.
Pidió asimismo la “contribución de países, empresas, entidades y personas dispuestas a actuar de manera inmediata, real y constructiva en la solución de estos problemas” y destacó la importancia del mercado de créditos de carbono, “crucial para financiar inversiones” en la lucha contra el cambio climático.
Tercera sorpresa
Se esperaba, pero no deja de serlo por su repercusión global. Joe Biden anunció la meta de Estados Unidos de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 50 y un 52% para 2030 en comparación con 2005.
Fue una jornada de optimismo global. Un evento para enterrar los rasgos de horror de Trump. Una jornada con tres sorpresas. Una mexicana que hizo poner en ridículo a más de un presidente.
Pero, quizá, lo más memorable del día de ayer, fue que el contenido del discurso de Xiye Bastida fue mucho más verde que el del presidente Andrés Manuel López Obrador. No fue un discurso político sino genuino.
Lo genuino fue aportado por la Greta Thunberg mexicana.