El obispo emérito de la Diócesis de Ecatepec, Onésimo Cepeda, falleció a los 84 años por complicaciones de COVID-19; durante su vida, estuvo ligado a la élite política y empresarial del Estado de México
Onésimo Cepeda Silva, quien fue el primer obispo de la Diócesis de Ecatepec, Estado de México, murió –este lunes 31 de enero por la noche– como consecuencia de complicaciones de complicaciones de COVID-19; informó la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM)
“Con la esperanza en la resurrección, comunicamos que nuestro hermano, Onésimo Cepeda Silva, obispo emérito de Ecatepec, ha sido llamado a participar en la Pascua Eterna de Cristo. Rogamos a nuestro Señor Jesucristo, lo reciba y premie con su reino”, anunció en redes sociales.
Desde hace algunas semanas, el jerarca católico permaneció hospitalizado debido a complicaciones relacionadas con el coronavirus SARS-CoV-2; sus últimos días los pasó intubado a un ventilador debido a una grave neumonía.
A lo largo de toda su vida, el obispo emérito de la Diócesis de Ecatepec estuvo vinculado con la cúpula política del Estado de México, gobernado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI); y mantuvo relaciones estrechas con la élite económica y empresarial del país.
En el sector empresarial, trabajó para Grupo Financiero Inbursa, Banamex, Ingenieros Civiles Asociados (ICA) y Televisa. Además, se graduó como abogado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); y estudió filosofía y teología en la Universidad de Friburgo, Alemania.
Desde 1995, fue obispo de la Diócesis de Ecatepec –la cual fue creada por el papa Juan Pablo II– y en 2012 le presentó su renuncia por razones de edad al papa Benedicto XVI.
La última polémica protagonizada por Onésimo Cepeda Silva ocurrió en abril del año pasado, cuando intentó ser candidato del desaparecido partido político Fuerza por México a diputado local por el XXI Distrito del Estado de México; sin embargo, sus intenciones no prosperaron.