El Senado mexicano aprobó entre la noche del viernes y la madrugada del sábado una serie de reformas, entre ellas, las que dan al Ejército el control indefinido del Tren Maya y los ingresos económicos por turismo; así como la desaparición del Insabi
El presidente Andrés Manuel López Obrador respaldó este lunes a los senadores de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y sus aliados, por la aprobación en tiempo récord de una veintena de reformas el pasado fin de semana.
Aseguró que “están pensando en el pueblo”.
“Me da mucho gusto lo que están haciendo los legisladores de nuestro movimiento, porque están pensando en la gente, están pensando en el pueblo y están unidos”, dijo el mandatario durante su rueda de prensa desde Palacio Nacional.
El Senado mexicano aprobó entre la noche del viernes 28 y la madrugada del sábado 29 de abril una serie de reformas, la mayoría impulsadas por López Obrador, entre las que destacan la que le da al Ejército el control indefinido del Tren Maya, los ingresos económicos por turismo a las Fuerzas Armadas y la desaparición del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi).
Al ser cuestionado por la rapidez con la que se avalaron dichas reformas, las cuales, además, se aprobaron sin la presencia del bloque opositor ni debate, el mandatario argumentó que “ya estaban, ya habían pasado por la Cámara de Diputados”.
Defendió que el proceso legislativo fue legal y negó que hubiera una violación al mismo, como argumentaron los opositores, quienes, además, adelantaron que impugnarán ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) estas reformas.
“No somos lo mismo. (…) se discutieron donde tenían que discutirse, en la instancia correspondiente, ¿dónde está la ilegalidad?”, cuestionó.
Respecto a las impugnaciones, el mandatario afirmó que no prosperarán y que si la SCJN acepta revisar la legalidad de las reformas será “la gran alcahueta del bloque conservador”.
Las reformas se aprobaron con la ausencia de la oposición, que el jueves frenó la última sesión del periodo ordinario entre jaloneos, arrebatos, manotazos y golpes, por lo que los opositores mantuvieron tomada la tribuna más de 24 horas, lo que obligó a cambiar de sede para continuar con la sesión.