Salvador Rangel Mendoza, obispo emérito de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, aseguró que ha sufrido “revictimización” como consecuencia de la “desinformación” sobre su desaparición
Tras la polémica generada por su desaparición ocurrida la semana pasada, el obispo emérito de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, confirmó que no presentará denuncia alguna por los hechos registrados en la ciudad de Cuernavaca.
“En ejercicio de mis derechos constitucionales, no presentaré ninguna denuncia contra las personas que tanto mal me han hecho. Y pido a los medios de comunicación me comprendan y respeten mi decisión encaminada al bien de mi seguridad e integridad física y moral”, dio a conocer en un comunicado.
En el documento difundido por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), afirmó que tras haberlo consultado con sus seres queridos, “tanto del clero como laicos”, ha perdonado “a todas las personas que me han hecho daño por los hechos de los que he sido víctima”.
Además, el prelado católico aseguró que ha sufrido revictimización como consecuencia de lo que calificó como “desinformación”.
“Agradezco infinitamente a todas las autoridades, tanto legales como eclesiásticas, que han colaborado en este caso, y de manera muy especial al maestro Luis Gasca, quien ha sido mi abogado”, puntualizó.
Mensaje a todo el pueblo de Dios de Monseñor Salvador Rangel Mendoza, Obispo Emérito de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa. pic.twitter.com/IoAF4k2xY2
— CEM (@IglesiaMexico) May 8, 2024
Una polémica desaparición
La semana pasada, la CEM reportó la desaparición del obispo emérito de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, la cual habría ocurrido el sábado 27 de abril; sin embargo, posteriormente, informó su localización en un hospital de la ciudad de Cuernavaca el lunes 29.
Posteriormente, el comisionado estatal de Seguridad de Morelos, Juan Antonio Ortiz Guarneros, descartó que Salvador Rangel Mendoza haya sido víctima de secuestro; pues -afirmó- estuvo en un motel. Además, reveló que el examen toxicológico practicado al jerarca católico resultó positivo a benzodiacepinas y cocaína.
Antes estas declaraciones, el secretario general de la CEM y obispo de la Diócesis de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, lamentó las “conjeturas a la ligera” sobre lo sucedido con el obispo emérito de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa.
“Esta situación ha tomado un giro de instrumentación política que está lejos de buscar la verdad y la justicia”, expresó.