La AMIA informó que más del 8% de autos ligeros y 20% de autopartes de México no cumplen con la regla de origen del T-MEC e ingresan al Mecanismo de Nación más Favorecida
La Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) informó que el 8.2 por ciento de autos ligeros y el 20.4 por ciento de autopartes exportadas de territorio mexicano a estadounidense, no cumplen con la regla de origen del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) e ingresan al Mecanismo de Nación más Favorecida (NMF).
Sin embargo, dentro del T-MEC existe un mecanismo de transición y un periodo para que las empresas automotrices cumplan con las reglas de origen, en el cual algunas marcas se han acogido, pero habrá algunas que optarán por el 2.5 por ciento de arancel, dio a conocer el presidente de AMIA, José Rogelio Garza Garza.
De acuerdo con la advertencia del mandatario de EUA, Donald Trump, los productos que cumplan con el T-MEC ingresarían sin aranceles hasta el 2 de abril, pero México está “peleando” que todas las exportaciones de vehículos y autopartes ingresen a territorio estadounidense, considerando los acuerdos complementarios.
Garza Garza aseguró que las empresas que no cumplen con el T-MEC han confirmado que sí alcanzarán a cumplir la regla de origen del 75 por ciento del Valor de Contenido Real (VCR) de partes y componentes norteamericanos, en el periodo de transición.
También precisó que 91.8 por ciento de las exportaciones de vehículos ligeros cumplen con la regla del T-MEC y el resto se busca que se mantengan con el 2.5 por ciento y no les aplique el 25 por ciento de aranceles propuesto por el gobierno de Estados Unidos.
El presidente de AMIA no mencionó marcas ni modelos, pero comentó que “hay empresas que están en este proceso de transición y que me han comentado que sí pueden llegar a cumplir cuando acabe este periodo”.
Agregó que el 8.2 por ciento que exportan bajo el mecanismo de Nación más Favorecida con el 2.5 por ciento de arancel, sí cumplen con el T-MEC, pero están bajo un mecanismo de transición que las autoridades estadounidenses no reconocen.
Con información de: El Economista
