Este combustible renovable se obtiene a partir de aceites vegetales, lo que lo convierte en una ventaja ecológica en comparación al petróleo
Una tonelada de biodiésel evita la producción de 2.5 toneladas de dióxido de carbono. Su utilización puede reducir las emisiones de azufre y las lluvias ácidas.
Su uso es similar a la del diesel, y produce una correcta y completa combustión sin requerir ningún tipo de modificación en los motores. Es más, aumenta la vida de los motores por poseer un poder lubricante mayor al diesel tradicional.
Además, su producción puede obtenerse del aceite de soja o de palma. En el norte de Europa también se utilizan los aceites de girasol o los aceites usados como los de fritura. Incluso puede usarse sebo de vacunos, porcinos, aves o pescados.
La materia prima es más barata, evita la contaminación del medio ambiente, sin embargo, si no se depura correctamente puede provocar serios problemas al depurar el agua.
Sin embargo, querer remplazar al gas y al petróleo por biodiésel resulta algo inviable pero su desarrollo y su uso frecuente puede ayudar a diversificar las energías mundiales y nos ayuda a transitar hacia las nuevas energías renovables y limpias.
Otro punto que se debe considerar es que el aumento en la demanda del biodiésel puede provocar que el precio de los cultivos energéticos se eleve al igual que el de otros cultivos.
Puede provocar el aumento en el precio de otros productos que también requieren de combustibles energéticos, como es la carne.
Además, se debe evaluar si es una alternativa viable para las poblaciones que tienen dificultades para obtener energía o alimentos para sus habitantes. Así también, se debe analizar a todos los sectores que involucren a la producción de biocombustibles.