Puentes peatonales, entre la obsolescencia y la inseguridad para los peatones

Los puentes peatonales cada vez son menos usados por la población, pues su diseño excluye a diversos grupos de personas

En algunas ciudades del país se están implementando proyectos para eliminar los puentes peatonales, pues para expertos en la materia estos no dotan de la accesibilidad universal a personas adultas mayores, con discapacidad o a población que se dedica a las labores de cuidados y del hogar, como las mujeres.

Sergio Olvera León, vocero del Observatorio Ciudadano de Movilidad, señala que en la “Ley general de movilidad y seguridad vial”, aprobada a nivel federal el 17 de mayo de 2022, se establece que en las obras se debe respetar la pirámide de la movilidad, la cual pone como grupo prioritario a los peatones.

Advierte que la ley apunta que los puentes peatonales solo deben construirse cuando no se tenga otra alternativa.

Por ejemplo, el artículo 37 de la ley refiere que cuando una vía de jurisdicción federal o estatal sea de asentamiento humano urbano a nivel y no existan libramientos, deberá considerarse la construcción de pasos peatonales seguros a nivel para garantizar la permeabilidad entre las zonas urbanas.

Mientras que el artículo 35 menciona que para garantizar una movilidad segura, eficiente y de calidad, deben establecerse criterios en el diseño y operación de la infraestructura vial, urbana y carretera, como evitar la construcción de pasos elevados o subterráneos cuando haya la posibilidad de adecuar el diseño para hacer el cruce peatonal.

Sin embargo, en el estado de Querétaro, para Olvera León, esto todavía no se cumple y existen pendientes en materia de movilidad y seguridad vial, situación que afecta en el cambio de paradigma sobre el acceso a la ciudad.

“Las ciudades se crearon para las personas, no para que circularan los autos, y hoy vemos que en las ciudades más del 80 por ciento del espacio vial está ocupado por los vehículos, ya sea para que circulen o para que se queden estacionados. Las ciudades se crearon para las personas, para que vivan en comunidad, para que se integren, para que resuelvan problemas juntas”.

Al respecto, la urbanista Ximena Ocampo, fundadora de Dérive Lab, laboratorio multidisciplinario que busca explorar, comprender e inspirar otras maneras de vivir y pensar la vida en la ciudad, explicó que la proliferación del puente peatonal tiene que ver con el tipo de ciudad que se fue construyendo a finales del siglo pasado.

Dijo que tanto los gobiernos como los desarrolladores privados creyeron que era más fácil promover la vivienda alejada del centro de la ciudad, sin considerar el crecimiento poblacional.

Detalló que para acceder a este tipo de lugares se dependía por completo del automóvil y de las vías rápidas que permitían llegar, por ejemplo, del centro laboral a la casa.

“Estaba en boga promover este tipo de desarrollos alejados del centro o de donde ya existía una actividad previamente; en el caso de Querétaro, lugares como Juriquilla, más reciente Zakia o Centro Sur y demás; todos estos como nuevos desarrollos que, si te das cuenta, eran todos de vivienda unifamiliar, de muy baja densidad, entonces, la gente tenía que viajar distancias más largas y lo más normal era hacerlo en carro”.

Señaló que en estos viajes cotidianos lo más fácil era que el carro no se detuviera al transitar por aquellas vialidades, ocasionando que los peatones o las personas que se movían de otras formas fueran aisladas.

“Tal vez sí pensando como en su seguridad, eso no lo puedo negar, pero es una cosa muy del siglo pasado, desde los años 50, decir: ‘hay que separar el tráfico vial del tráfico peatonal y ciclista porque no son compatibles: uno va más de 80 kilómetros por hora y los peatones van a cuatro kilómetros por hora’, y querían eliminar conflictos, pero creo que un problema de esto es que se pensó que los viajes eran lineales”.

Afirmó que, en la actualidad, estadísticamente, las personas le agregan a su recorrido entre 400 y 800 metros para cruzar una avenida.

“Además, implica que tienen que subir y bajar una escalera o una rampa, que obviamente para personas con discapacidad, en silla de ruedas, muletas, una mujer embarazada o personas de la tercera edad, lo hace todavía más complicado”.

Recalcó que los puentes peatonales están hechos para que el carro no se detenga ni tenga un obstáculo, y refirió que en Querétaro se sigue invirtiendo en ampliar carreteras, calles, puentes viales, autopistas urbanas, en donde no se contemplan los cruces a nivel y lo que se busca es que el carro vaya lo más rápido posible.

“Aunque eso implique que las personas que no tienen carro van a tener mayor dificultad para moverse por una zona. Los gobiernos no están invirtiendo en hacer estos tipos de cruces a nivel y sí en puentes”.

Entre las acciones más inmediatas, la especialista afirmó que se deben realizar cruces en lugar de puentes e incluir semáforos peatonales para que a las personas les dé tiempo suficiente para cruzar de manera segura.

No solo eso: Ximena Ocampo añadió otras opciones enfocadas en la movilidad del cuidado, como el que las banquetas sean lo suficientemente anchas para que personas en sillas de ruedas, con una carriola o con la despensa del mercado puedan transitar con seguridad vial.

“Y también se podría pensar en arbolado para que la gente que vaya a caminar en una zona tenga sombra. Las medidas que toman muchas ciudades son, pues, revertir esa situación y se eliminan estos puentes, y ponen el cruce a nivel, bajan la velocidad a los carros, lo que creo que es importantísimo en una ciudad como Querétaro”.

No obstante, señaló que otra opción para atender el tema tiene que ver con acciones más profundas y más complicadas a largo plazo: promover una política pública de desarrollo urbano y vivienda para transformar la ciudad, con la finalidad de que la gente pueda vivir más cerca de sus lugares de trabajo.

“Se podría estar hablando de cómo regenerar algunas zonas, de aprovechar mejor terrenos vacíos para hacer vivienda de interés social. Lo que pasa ahora en Querétaro es que la vivienda está por un lado y las fuentes de trabajo están en otro y la gente tiene que moverse por mucho tiempo y a unas distancias muy largas”.