Atlético goleó 5-2 al Real Madrid en el Metropolitano. Julián Álvarez firmó un doblete estelar y Griezmann cerró una victoria que devuelve a los rojiblancos a la pelea por LaLiga
El Metropolitano fue testigo de una de esas noches que se quedan en la memoria colectiva. El Atlético, golpeado por un inicio de temporada irregular, resurgió con furia para arrollar 5-2 al Real Madrid, líder de LaLiga. Julián Álvarez, con dos tantos y un futbol de genio, encabezó un triunfo de prestigio que se cerró con el quinto gol de Antoine Griezmann, mientras la grada vibraba con orgullo rojiblanco.
El encuentro empezó con intensidad desde el primer minuto. El Atlético, con Alexander Sorloth en punta pese a las dudas que lo rodeaban, se lanzó al ataque con una presión sofocante. El premio llegó pronto: Le Normand abrió el marcador con un cabezazo que encendió al Metropolitano. Sin embargo, la calidad del Madrid apareció en ráfagas: Mbappé empató y Guler remontó con el 1-2, aprovechando un error defensivo que silenció por un momento el estadio.
Lejos de hundirse, el Atlético respondió con carácter. Sorloth, liberado al fin, firmó el 2-2 con un cabezazo perfecto a centro de Koke. Desde ese instante, el partido se tiñó de rojiblanco. El inicio del segundo tiempo fue el punto de quiebre: un penalti sobre Nico permitió a Julián Álvarez adelantar a los locales. El argentino, otra vez decisivo como ante el Rayo, se convirtió en el héroe de la noche con un golazo de tiro libre para el 4-2.
El Real Madrid, desconectado pese a los cambios de Xabi Alonso, nunca logró recuperar el pulso. El Atlético, dueño del césped y del alma del derbi, selló la goleada con un tanto de Griezmann que convirtió la victoria en una celebración histórica. El 5-2 no solo reaviva las aspiraciones rojiblancas, también entierra las dudas de un equipo que demostró que sigue siendo capaz de reinventarse a través del esfuerzo, la cantera y el talento de sus figuras.
El Metropolitano despidió a los suyos con ovaciones que parecieron catárticas: después de semanas de sombras, el Atlético volvió a ser ese equipo indomable que en las noches grandes derriba a cualquier rival.
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