
Los 133 cardenales electores prestaron juramento este martes en la Capilla Sixtina y comenzarán la primera votación para elegir al sucesor del papa Francisco
Los 133 cardenales con derecho a voto comenzaron este martes el cónclave para elegir al 267º pontífice de la Iglesia católica. Antes del cierre de puertas de la Capilla Sixtina, cada purpurado prestó juramento de guardar secreto y cumplir las reglas del proceso.
Durante el rito, el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, uno de los principales candidatos al papado, leyó el juramento en voz alta. Posteriormente, cada cardenal pasó al centro de la Sixtina para renovar el compromiso colocando una mano sobre los Evangelios.
Como cardenal más antiguo de la Orden de los Obispos, Parolin asumió el rol del decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, quien no participa en el cónclave por tener más de 80 años, edad límite establecida para votar.
Los cardenales se ubicaron en el recinto según su rango: obispos cerca del altar, seguidos por los presbíteros y luego los diáconos. El juramento, pronunciado en latín, hace referencia al cumplimiento de la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, promulgada por Juan Pablo II en 1996.
Además del secreto, los electores se comprometieron a no aceptar ninguna forma de presión externa ni interferencia durante el proceso. El texto también estipula que, una vez elegido, el nuevo pontífice debe asumir fielmente el ministerio de pastor de la Iglesia universal.
Concluido el juramento, los cardenales quedaron formalmente encerrados en la Capilla Sixtina y listos para realizar la primera votación que podría definir al sucesor del papa Francisco.
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