
El Departamento de Justicia de Estados Unidos imputó a los narcotraficantes mexicanos Martín Zazueta, Kevin Gil y Leobardo García por tráfico de fentanilo y tráfico de armas
El Departamento de Justicia de Estados Unidos informó de que los mexicanos Kevin Gil Acosta, conocido como "El 200", Martín Zazueta Pérez, alias "Piyi", y Leobardo García Corrales, alias "Leo", a quienes identifica como líderes en el Cártel de Sinaloa, fueron acusados de tráfico de fentanilo y delitos relacionados con armas.
De acuerdo con un comunicado, el trío llegó el martes procedente de México -como parte de los 26 narcotraficantes entregados por México a Estados Unidos- y fueron llevados ante un juez en la corte federal para el Distrito Sur de Nueva York para la lectura de los cargos.
Según la acusación, Gil Acosta y Zazueta Pérez eran líderes del aparato de seguridad de los Chapitos, como se conoce a los hijos de Joaquín Guzmán Loera, el Chapo, cofundador del Cartel de Sinaloa, que cumple cadena perpetua en Estados Unidos.
Indica además que Gil Acosta se desempeñó como líder de un grupo de sicarios encargados de proteger los laboratorios de fentanilo y las rutas de distribución de los Chapitos, y traficaba personalmente con esta droga fabricada en esos laboratorios.
Zazueta Pérez fue responsable de brindar seguridad en el estado de Sinaloa, incluso protegiendo las operaciones de fentanilo de los Chapitos mediante secuestros, torturas y asesinatos con ametralladoras y otras armas, asegura el Gobierno de Estados Unidos.
Afirma además en la acusación presentada por la Fiscalía del Distrito Sur que Gil Acosta y Zazueta Pérez participaron en ataques contra funcionarios del gobierno y militares mexicanos, incluso durante los esfuerzos fallidos de las autoridades mexicanas en octubre de 2019 para arrestar a uno de los Chapitos.
En concreto, durante esa operación, Gil Acosta lideró a sicarios armados con fusiles AK-47, M-16 y AR-15 y Zazueta Pérez, con un AR-15 y un lanzagranadas, en los ataques contra estos.
Las autoridades se refieren a un sangriento tiroteo que se desató en octubre en Culiacán (Sinaloa) en un intento por evitar la detención de Ovidio Guzmán López, quien luego fue liberado por el Gobierno mexicano alegando razones de seguridad. En 2023 fue arrestado finalmente y extraditado a Estados Unidos.
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