Las restricciones al tráfico aéreo de EUA seguirán vigentes por un tiempo indefinido mientras se recupera la normalidad, pese al fin del cierre gubernamental federal que duró 43 días
Las restricciones al tráfico aéreo de Estados Unidos seguirán vigentes por un tiempo indefinido mientras se recupera la normalidad, aún tras el fin del cierre gubernamental federal durante 43 días, lo que agravó la escasez de controladores aéreos y provocó recortes de hasta el 6 por ciento de los vuelos en 40 aeropuertos del país.
Sean Duffy, secretario de Transporte, y Bryan Bedford, líder de la Administración Federal de Aviación (FAA), indicaron que, aunque decidieron mantener en vigor la medida - tomada por cuestiones de seguridad ante la ausencia de unos 3 mil controladores -, la disminución de las operaciones no llegará al 10 por ciento planeado.
"El equipo de seguridad de la FAA está animado al ver el aumento de personal de control de tráfico aéreo, y se sienten cómodos con pausar el calendario de reducción para darnos tiempo de revisar el espacio aéreo", agregó Duffy en un comunicado el miércoles.
La administración del presidente Donald Trump y la industria aérea pronostican que aún se necesitará al menos una semana para que todas las operaciones aéreas estadounidenses vuelvan a la normalidad, a medida que los controladores y el personal de seguridad regresen a sus puestos y comiencen a recibir sus pagos atrasados.
Este jueves, ya se contabilizan casi mil cancelaciones y más de 700 demoras en todo el país, según el sitio de rastreo Flightaware. Estas cifras, aunque altas, están lejos del pico de aproximadamente 2 mil 900 vuelos cancelados registrados el pasado domingo. Los retrasos llegaron a superar los 9 mil en los peores días.
En la lista aeropuertos afectados repiten el O'Hare de Chicago (Illinois), el Hartsfield-Jackson de Atlanta (Georgia), el de Denver (Colorado) y el Newark Liberty (Nueva Jersey), entre los más golpeados por el cierre del Gobierno, que finalizó en la noche de este miércoles después de que la Cámara de Representantes del Congreso aprobara un nuevo presupuesto hasta el 30 de enero, ratificado por Trump.
Aunque ya las agencias gubernamentales cuentan con fondos, la reapertura no será automática.
En tanto, cientos de miles de funcionarios federales suspendidos comenzarán a regresar a sus puestos de trabajo tras más de un mes sin cobrar salarios, mientras que los empleados esenciales - controladores, agentes del orden y trabajadores de la Seguridad Social- tendrán al fin una fecha concreta para recibir sus nóminas atrasadas.
Una portavoz de la Oficina de Presupuesto de la Casa Blanca aseguró que los aproximadamente 42 millones de estadounidenses que dependen del programa de ayudas alimentarias SNAP verán sus beneficios restablecidos "pocas horas" después de la reapertura federal. Mientras que los museos e instalaciones de los parques nacionales tampoco reabrirán de inmediato.
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