El mediocampista galés rescindió su contrato con Pumas UNAM tras solo cuatro meses en México. Lesiones, baja adaptación y una pérdida personal marcaron su salida del club auriazul
A dos fechas de finalizar el Apertura 2025 y con Pumas fuera de zona de play-in, Aaron Ramsey ha rescindido su contrato con el club este viernes. El mediocampista galés de 34 años pone fin a una etapa que duró apenas cuatro meses, una historia atravesada por lesiones, frustración y una pérdida personal que terminó por inclinar la balanza.
Ramsey llegó al conjunto universitario en julio de 2025 como agente libre tras su salida del Cardiff City, con un contrato hasta junio de 2026. La apuesta era ambiciosa: un referente europeo para liderar el proyecto de internacionalización de Pumas y elevar su competitividad en la Liga MX. Pero la realidad estuvo lejos de la expectativa. Las lesiones musculares y la falta de ritmo lo relegaron a participaciones esporádicas en el Apertura 2025, sin lograr consolidarse bajo las órdenes de Efraín Juárez, quien recientemente había admitido no tener claridad sobre su continuidad.
A las dificultades deportivas se sumó una tragedia personal. A principios de octubre, Halo, la perrita beagle de Ramsey, desapareció en San Miguel de Allende, Guanajuato, donde el jugador residía temporalmente. El futbolista ofreció una recompensa de hasta 20 mil dólares por su localización, e incluso se ausentó de entrenamientos y partidos para liderar su búsqueda. Fuentes cercanas confirman que este hecho afectó profundamente su estabilidad emocional.
El entorno en Pumas tampoco ofrecía alivio. El equipo auriazul pelea por mantenerse en zona de play-in, con un rendimiento irregular que ha encendido las alarmas en el club. Ante ese panorama, ambas partes optaron por una rescisión amistosa, sin compensaciones económicas significativas. Según versiones internas, el acuerdo priorizó el bienestar del jugador por encima de los compromisos contractuales.
Para Pumas, la salida de Ramsey representa un revés simbólico en su estrategia de atraer figuras internacionales, aunque también libera espacio salarial para reforzar el plantel en el mercado invernal. Para el galés, en cambio, el horizonte es incierto: podría regresar a Europa o incluso contemplar el retiro, consciente de que las lesiones y el tiempo ya no juegan de su lado.
Más allá del adiós deportivo, la historia de Ramsey en México deja una reflexión: detrás de los contratos millonarios y los estadios repletos hay seres humanos atravesados por la pérdida, la nostalgia y el deseo de reencontrar algo —o alguien— que les devuelva la paz.
Quizá esa sea la verdadera metáfora de su paso por la Liga MX: un intento por recuperar algo más que el brillo de su carrera. Un gesto humano en medio del ruido del balón.
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