
Los primeros días en su primer trabajo no son fáciles para muchos jóvenes, que inician su vida laboral con ilusión, pero también con nervios y cierto temor al sentir que no valen para su puesto y que los estarán analizando y observando siempre. Una experta explica cómo afrontar esa etapa de la mejor manera
Muchos jóvenes acuden con ilusión y entusiasmo, pero también con un poco de ansiedad e incluso temor a trabajar por primera vez para ocupar el puesto donde a partir de ese momento pasarán muchas horas cada día, relacionándose con personas que no conocen y asumiendo tareas para las que habitualmente están preparados, pero carentes de experiencia. Efectivamente, “los primeros días en un puesto de trabajo no son fáciles; es común atravesar momentos de estrés y tensión”, confirma Lourdes Carmona, una comandante de vuelo española con más de 30 años de experiencia que ejerce de piloto comercial internacional y de instructora en una escuela de vuelo.
Carmona, certificada como entrenadora de potencial humano en la metodología de éxito de Jack Canfield, compagina su trayectoria como piloto con su mentoría para empresarios y directivos, participando en conferencias en Europa, Sudamérica y Norteamérica, y colaborando con distintas entidades educativas y gubernamentales.
El miedo al primer trabajo es frecuente sobre todo en las personas jóvenes o en quienes tienen poca experiencia laboral, porque pueden sentir que no valen, o que los estarán analizando y observando siempre, explica Carmona.
Pero, según esta experta, no solo las personas jóvenes pueden sentirse atemorizadas ante su primer trabajo, ya que la gente que lleva mucho tiempo sin trabajar, los inmigrantes y los nuevos emprendedores pueden tener sensaciones similares.
Para su tranquilidad, todos “deben saber que la supervisión es algo común en el ámbito laboral”, apunta.
Las estadísticas reflejan este fenómeno, ya que según explica: “Una encuesta de (la plataforma de empleo en línea) Monster mostró que un 87 por ciento de las personas sufría nerviosismo o ansiedad al iniciar un nuevo trabajo”.
Para aproximadamente uno de cada dos encuestados, comenzar un nuevo trabajo puede provocarle un nerviosismo muy intenso e incluso puede llegar a ser aterrador, según esta encuesta.
Autovalorarse y desactivar el “síndrome del impostor”
“Muchas personas sufren el ‘síndrome del impostor’ (dudan de sus logros y creen que no merecen sus éxitos, a pesar de la evidencia de que son competentes) y se llegan a creer que lo que les sucede (comenzar a trabajar) se debe a la suerte”, asegura.
Para Carmona “es muy importante que esas personas valoren el hecho de haber sido seleccionadas y sean conscientes de que tienen cualidades por las cuales han sido contratadas”. Al comenzar a trabajar, llega el momento de mostrar que nuestra preparación es la que la empresa necesita para ese puesto, aplicar los valores que nos han hecho merecedores de que nos llamen y demostrar que nuestro perfil profesional les encaja, añade.
Marcarse metas y concretar objetivos
Para Carmona también “es positivo fijar un calendario aproximado de cómo podría ser nuestro proceso, por ejemplo, enfocándonos unos días en conocer nuestro entorno laboral, otros días en adaptarnos, y también dedicando momentos a formar parte del grupo”, para después ir automatizando estos aspectos. Además, sugiere: “Concretar nuestros propios objetivos laborales para saber hasta dónde queremos llegar y si nuestra evolución es positiva; saber qué espera nuestro superior de nosotros para evaluar sus objetivos, y hacer autocrítica constructiva y compartirla con nuestros compañeros para saber si estamos en lo cierto” acerca de la cuestión que nos criticamos.
Por otra parte, e independientemente de tu edad, es bueno que en tu trabajo puedas rodearte de gente diversa, con diferentes perfiles, “para enriquecerte laboral y personalmente”, subraya.
Tres retos habituales y cómo afrontarlos
Por último, Carmona describe tres retos que los jóvenes suelen tener que enfrentar en sus primeros días o semanas de trabajo y ofrece algunas estrategias para afrontarlos con éxito.
- 1er. reto: ¿estaré a la altura?, ¿cómo puedo integrarme mejor?
“Si dudas de tu preparación, transmitirás inseguridad y al trabajar en equipo quizás no generes la confianza suficiente en los otros integrantes del grupo. Escucha, comparte tus dudas y ten en cuenta que todos los que trabajan contigo también tuvieron su primer día. Así ganarás la confianza de los demás y tu interés será genuino y natural”, aconseja Carmona.
- 2o. reto: ¿cómo actuó ante alguien que no muestra empatía conmigo y resalta mi falta de experiencia?
“Actúa con tranquilidad y acepta que estás aprendiendo, siendo consciente de que la actitud de esa persona demuestra que no está valorando tu capacidad de aprendizaje y está dando más importancia a su posición en la jerarquía”, recomienda.
“Toma nota de su manera de actuar, pero procura que no te afecte; busca a alguien más experimentado para que te oriente y recuerda que las actitudes poco empáticas hacia quienes comienzan a trabajar dicen mucho sobre la falta de autoestima de algunos trabajadores con más experiencia laboral”, recalca.
- 3er. reto: ¿y si tomo una decisión que no resuelve una situación o no estuve a la altura?
“Primero, analiza el objetivo o misión de la que te hiciste cargo, teniendo en cuenta el tiempo para alcanzarlo y la forma de realizarlo. Si antes de finalizarlo no has tenido la oportunidad de compartir las dificultades que has encontrado, sé honesto y explica de forma abierta lo que ha sucedido”, recomienda.
De ese modo, “ganarás confianza y demostrarás responsabilidad y honestidad, cualidades que no están remuneradas de forma económica”, pero son muy valiosas, concluye Carmona.
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