
Aunque nunca tuvo una educación musical y jamás aprendió a tocar un instrumento, José Alfredo Jiménez -quien nació hace 96 años- sigue siendo uno de los compositores más emblemáticos de la música ranchera y un símbolo de la cultura popular mexicana
Pese a que nunca tuvo una educación musical formal y jamás aprendió a tocar algún instrumento, José Alfredo Jiménez Sandoval, quien nació hace 96 años -el 19 de enero de 1926- en el pueblo de Dolores Hidalgo, ubicado en el corazón del estado de Guanajuato; se convirtió a golpe de escribir cientos de canciones en uno de los compositores más reconocidos de la música mexicana. Hijo de Agustín Jiménez y Carmen Sandoval, su infancia marcada por la facilidad para componer canciones dedicadas al campo y a los animales se convirtió en el destino de uno de los cantautores más prolíficos de la música ranchera; así como en un símbolo indiscutible de la cultura popular mexicana. La muerte de su padre, quien era dueño de la única farmacia de la localidad guanajuatense, precipitó la mudanza junto a su madre hacia la Ciudad de México. En la emblemática colonia Santa Maria La Ribera, la familia comenzó una nueva vida. En la capital mexicana, el joven José Alfredo Jiménez alternaba su vocación por la composición de canciones con un trabajo como mesero en el restaurante “La Sirena”; además, su gusto por el futbol lo llevó a coincidir en el Club Oviedo con otra figura mítica de la cultura popular: Antonio “La Tota” Carbajal. [caption id="attachment_229065" align="aligncenter" width="1068"]
“En ese momento, José Alfredo ya contaba con un amplio repertorio de canciones que plasmaban las vivencias, alegrías y decepciones propias y de sus amigos, con los que cantaba como solista en el grupo ‘Los Rebeldes’, integrado por él, los hermanos Enrique y Valentín Ferrusca, y Jorge Ponce, hijo del dueño de ‘La Sirena’, quienes lo acompañaban en las voces y con las guitarras en las serenatas”, destaca la biografía elaborada por la Sociedad de Autores y Compositores de México.Tras el éxito de su primera canción grabada por “Huesca y sus costeños”: “Yo”, vinieron en cascada temas musicales que siguen siendo emblemas de México en todo el mundo: “Ella”, “15 de Septiembre”, “Amarga Navidad”, “El Rey”, “Si nos dejan”, “Un mundo raro”, “Tú y las nubes”, “Amanecí en tus brazos”, Cuatro caminos”, “Te solté la rienda”, “El jinete”, “La media vuelta”, “Ojalá que te vaya bonito”, “En el último trago”, “Qué bonito amor”, “Paloma Querida”, “Serenata huasteca”, “Serenata sin luna”, “Tu enamorado”, “La enorme distancia”, “Qué suerte la mía”, “No me amenaces”, “Pa’ todo el año”, “Cuando vivas conmigo”, “Camino de Guanajuato”, “Corazón, corazón”, “Cuando sale la luna”, “Canta, canta, canta”, “Vámonos”, “Amor del alma” y “El hijo del pueblo”. Muchas de estas canciones pasaron a la historia con los arreglos musicales de Rubén Fuentes. Con la Época de Oro del Cine Nacional como telón de fondo, José Alfredo Jiménez también actuó y participó con sus canciones en cintas clásicas como: “Ahí viene Martín Corona”, “El enamorado”, “Póker de ases”, “Ni pobres ni ricos”, “Camino de Guanajuato”., “Guitarras de media noche”, “La Feria de San Marcos·, “Mis padres se divorcian”, “Juan Gallo”, “La sonrisa de los pobres”, “Me cansé de rogarle” y “La mano de Dios”. [caption id="attachment_229066" align="aligncenter" width="1068"]

En 2018, la Sociedad de Autores y Compositores de México lo galardonó con el reconocimiento póstumo “Juventino Rosas”. Apenas el 26 de septiembre del año pasado, falleció su hijo José Alfredo Jiménez Galvez, quien dedicó su vida a preservar, difundir y mantener viva la memoria y obra musical de su padre.
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Muere José Alfredo Jiménez Galvez, hijo de “El Rey”, a los 62 años
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