
De acuerdo con el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, los servicios de salud mental han enfrentado decenios de abandono y falta de inversión
De las sintomatologías al estrés postraumático
Además de la preocupación por la endeble atención a la salud mental, entre los estudiosos del comportamiento humano existe inquietud por el estrés, la ansiedad, el miedo, la tristeza y la soledad que ha generado el aislamiento social entre la población en general; sintomatologías que, para la psicóloga Paloma Del Carmen Moreno Flores, también son atribuibles al personal de salud que atiende a personas con Covid-19. “Es como cuando tenemos un periodo de mucho estrés, pongámoslo, en la escuela, en el trabajo, y que después de una carga importante vienen las vacaciones o viene el fin de semana; entonces, es como si de repente saltáramos. Algo parecido podría ser que sucediera si no lo tenemos en cuenta, por eso las recomendaciones van mucho en el autocuidado desde ahora y prever también que esta sintomatología puede aparecer y que también va a ser normal y que se requiere un acompañamiento; o sea, no necesariamente es patológico, sino es parte de un proceso”, indicó. Explicó que la sintomatología enlistada puede presentarse en el periodo pospandemia, puesto que, en ese momento, la realidad será diferente para algunas personas, por ejemplo, quienes perdieron su trabajo. Estimó que esta situación se puede prolongar en las tres semanas posteriores a la pandemia, pero si se excede este tiempo, es necesario solicitar apoyo profesional. Aunque García Ramos acotó que la sintomatología depende de cada persona, alertó: “Muchas personas que hayan presentado este estrés, esta ansiedad, estos temores, de manera paulatina, al estar en otro escenario, bajo otras condiciones, esto va a ir disminuyendo. (… Pero) si esto se prolonga, si no reciben la ayuda, si no buscan atención profesional, pues puede generarse lo que se conoce como estrés postraumático y puede estar generando otros padecimientos”.El suicidio, amenaza latente
El “Informe de políticas: El COVID-19 y la necesidad de actuar en relación con la salud mental” expone que, antes de la crisis por dicha enfermedad, el suicidio ya era la segunda causa de muerte en jóvenes de 15 a 29 años. Al respecto, la psicóloga clínica e investigadora del tema desde hace 20 años, Martha De Jesús Hernández, mencionó que el confinamiento agudiza esta situación. “Cada 40 segundos, hay una persona en el mundo que se suicida, estas ya son estadísticas oficiales desde la Organización Mundial de la Salud”, dijo. Tras enumerar los efectos del padecimiento en la salud y la economía, destacó: “Si a eso le sumamos que ya teníamos gente que intentaba el suicidio, que pensaba en el suicidio o que consumaba el suicidio, pues vamos a poder entender que la salud mental va a tener que atender esta parte también de agravamiento”. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en 2017 la tasa de suicidios en México fue de 5.2 por cada 100 mil habitantes; en el estado de Querétaro, se ubicó en 6.6 decesos por cada 100 mil personas.Insuficiencia de personal
En cuanto a la cantidad de psicólogos en el país, cuyo Día Nacional se celebra este 20 de mayo en México, el gobierno federal informó el 28 de enero de este año, al presentar su informe “El pulso de la salud”, que al 2018 a nivel nacional había un psicólogo por cada 10 mil personas; en el estado de Querétaro existe una proporción de 0.5 a 1.5 psicólogos por cada 10 mil habitantes. “Hemos dicho repetidamente la enorme limitación que tiene México en personal especializado en salud mental, desde luego especialistas médicas y médicos como los psiquiatras, pero también el personal de psicología, que es una profesión en sí misma y que vemos esta importante insuficiencia”, reconoció en esa fecha el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud federal, Hugo López-Gatell Ramírez.De regreso a la patria, tras perder la batalla frente al COVID-19
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