
Desde que comenzó la contingencia sanitaria por COVID-19, varias mamás tuvieron que aumentar sus labores en el hogar y no solo resolver los temas de la casa, sino también los de la escuela de sus hijos

De trabajadora a ama de casa
Hasta hace un año, Sandra Díaz de León trabajaba en una empresa de bienes raíces y cuando empezó la contingencia sanitaria la enviaron, al igual que a otros empleados, a su casa. “Al principio nos mandaron a casa con goce de sueldo, pero luego solo nos pagaban un porcentaje del sueldo hasta que regresamos a trabajar en la modalidad de ‘home office’”. Detalló que como es madre soltera, su mamá le ayudaba con algunas actividades en el hogar y sobre todo a preparar la comida para que sus hijas, una de 12 años y otra de nueve, encontraran un plato caliente. “Cuando nos confinamos, mi mamá se regresó a su casa, entonces yo estuve apoyando a mis hijas en sus actividades escolares; al principio fue difícil acoplarnos, porque básicamente yo trabajaba todo el día y mi madre era quien las acompañaba”. Reconoció que cuando empezó a trabajar estuvo combinando sus actividades laborales con los quehaceres del hogar y con asumir su papel de madre. “Obviamente mi mamá fue más permisiva y mis hijas hacían lo que querían, así que por eso al principio chocamos mucho, sobre todo con mi hija de 12 años, pero con el tiempo fuimos descubriendo muchas cosas una de la otra”. Aseveró que en este tiempo que permaneció en casa se dio cuenta que lo más importante para ella es la educación y crecimiento de sus hijas, por eso renunció a su trabajo para convivir más con ellas. “No ha sido una tarea fácil, porque desde que mi hija de 12 años tenía seis y la de nueve años tenía cuatro, mi madre se hacía cargo de ellas, así que fue empezar de cero. Ahora les ayuda con sus actividades escolares y tengo más tiempo para ser su mamá”. Actualmente tiene un pequeño negocio en línea en el que solo sale ciertos días de la semana para realizar entregas de lo que le van pidiendo por catálogo. “No quiero perderme cada una de las etapas de mis hijas, así que decidí renunciar a mi trabajo para dedicarme más a ellas”.Como madre apoya a su hija y nietos
María del Rocío Medina Janso, maestra en un grupo de segundo de preescolar, procura apoyar a su hija con las actividades escolares de sus nietos. “Mi hija también es docente y entre las dos nos apoyamos, más bien me ha tocado enseñarles a mis nietos las herramientas para que estuvieran solos en clase”. Recordó que al principio le costó mucho trabajo manejar las herramientas tecnológicas para dar clase, por lo que tuvo que tomar unos cursos básicos para apoyar a los padres de familia y que también ellos dominaran las aplicaciones. “Yo aprendí de mi hija, porque es la que estuvo ayudándome a bajar y manejar algunas aplicaciones que necesitaba para dar clase”. Señaló que aunque su día inicia a las seis de la mañana y termina a las nueve, ya no tiene tiempo para realizar alguna actividad de las que hacía hasta antes de la pandemia. “No tengo tiempo para mí y como tengo dos trabajos, el único día que tengo libre es el domingo, porque por las tardes era llegar a casa, comer, revisar actividades y tareas; los viernes los empleo en organizar toda la semana y ver qué voy a dar de clase y qué les voy a dejar de tarea, entonces, yo creo que sí he sacrificado tiempo”. Aseguró que como mamá ha sido un poco frustrante ver cómo otros padres de familia no les dedican tiempo a sus hijos, pues algunos entran solos a clase y otros, aunque sí están acompañados, no reciben mucho interés de sus padres. Dijo que ahora, cuando se pueda, retomará las caminatas y se dará el tiempo para salir con sus amigas y, particularmente, con su hija, con quien tiene un gran acercamiento.Por Día de las Madres, prevén reactivar 70% ventas de bienes y servicios
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