jueves, 11 de diciembre de 2025

“El arte es mi compañero de vida”: Celeste Lomelí

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La artista queretana contará su historia artística a través de “Fantasía solar”, su nueva exposición, en la que hace referencia a la conexión con la naturaleza y la tecnología. Foto: Mariana Moctezuma

La artista queretana contará su historia artística a través de “Fantasía solar”, su nueva exposición, en la que hace referencia a la conexión con la naturaleza y la tecnología

 

Entre árboles, flores, animales, insectos robots y figuras humanas femeninas, la artista plástica queretana Celeste Lomelí logra fusionar en sus obras la mágica conexión del ser humano con la naturaleza y la intervención de la tecnología en la sociedad.

Originaria de Tequisquiapan, la joven artista eligió el óleo como forma de expresión, pues para ella es una técnica muy noble que le permite expresar sus pensamientos y sentimientos.

Tras llevar su obra a varios sitios de Italia, España, Canadá y, por supuesto México, ahora está por exponer en Querétaro una serie que conecta al ser humano con la naturaleza y la tecnología. 

 

¿Cómo nació tu gusto por la pintura?

El arte siempre estuvo presente en mi vida, yo crecí como hija única y todo el tiempo tuve lápices y pinceles. Pintar era un gran pasatiempo para mí, era incluso una terapia, pues a los 15 años perdí a mi mejor amiga y el arte fue de donde yo me agarré para poder expresar esas emociones, yo era muy tímida y el arte fue mi compañera de vida.

 

¿Recuerdas el primer cuadro que hiciste?

Sí, lo tengo muy claro. Fue la Minerva, de Botticelli, pero yo solo hice la cara y lo elegí porque ella trae una corona de olivos en la cabeza, así que, de alguna manera, si ves ese primer cuadro junto con los cuadros que he hecho a través de los años y los últimos son muy similares: son mujeres conectadas con la naturaleza, muchas incluso de espalda y todas tienen hojas o plantas alrededor. 

 

En tu obra siempre está presente la naturaleza, ¿hay alguna razón para elegir este elemento?

Pues yo creo que sí, yo crecí en Tequisquiapan y es un maravilloso lugar para crecer porque estás rodeado de naturaleza, además mi mamá siempre procuró acercarme a la naturaleza. Yo era una niña que siempre convivió con insectos, que se subía a los árboles y esa parte siempre estuvo muy presente en mi vida, era mi diversión, mi disfrute, por eso siento que se repite mucho este elemento.

 

¿Cómo definirías el arte?

Para mí es como aprender a hablar, es un lenguaje y debemos de ser conscientes de lo que decimos a través de éste.

 

¿A quién admiras y quiénes consideras que son tus influencias en la pintura?

Una de mis mayores influencias es John Singer Sargent, Sorolla, Monet y, obviamente, Leonardo da Vinci y Botticelli; de los contemporáneos Jennifer Ginelli, Ignacio Chávez, Diego Glazer, hay muchos artistas que me inspiran.

 

¿Cómo es tu proceso creativo?

Siempre comienzo con un dibujo, cuando se me ocurre una idea puede ser en el momento más inesperado, tengo que hacer un dibujo rápido para acordarme de la composición, ya en el estudio voy puliendo el concepto hasta que quede algo que ya pueda plasmar en el óleo, ya pintarlo sobre el óleo es más mecánico.

 

¿Cuál ha sido el reto más desafiante al que te has enfrentado como artista?

Separar la validación externa de lo que yo soy como artista, saber que, independientemente de que me compren un cuadro o no, yo sigo pintando lo que quiero y este es mi camino.

 

¿A dónde has llevado tu obra?

He tenido muchas exposiciones a lo largo de los años, colectivas, individuales, en espacios culturales públicos como la Universidad del Claustro de Sor Juana, en centros culturales en la Ciudad de México, en galerías en otros países como Italia, España y Canadá, en dónde además estuve un tiempo dando clases de pintura. Más recientemente estuve también en el Museo de Leonora Carrington, con mis obras.

 

Cuéntame un poco sobre “Fantasía solar”, ¿qué vamos a encontrar en esta exposición?

La exposición estará abierta al público desde este jueves 11 de diciembre de 2025 hasta el 18 de enero de 2026 en el Museo de Los Conspiradores. Son más de 20 obras, una instalación de arte, un robot gigante hecho con metal reciclado, lo cual es muy interesante porque toca la temática de la ecología, la conexión con la naturaleza y la tecnología, va a estar intervenido con plantas y vamos a tener muchas sorpresas, sobre todo con el tema de la tecnología.

Lo que intento hacer con esta exposición es conectar a la gente con la naturaleza y tocar el tema de las nuevas tecnologías. A través de mis pinturas quiero hablarles de la Inteligencia Artificial, cómo nos está moldeando como sociedad; creo que hoy en día le damos la tecnología a los niños para que se olviden de que existen, y mi misión con esta exposición es darles tecnología para que recuerden quiénes son, que vuelvan a conectar con la consciencia, con la vida, con la naturaleza, por eso, los niños están arriba de los robots, porque es como decirles: la tecnología no es para que se pierdan ahí, sino para que salgan, exploren, incluso también abarca la mímesis, que la tecnología se mimetice con la naturaleza. También es una gran invitación para que conecten con su niño interior.

 

¿Crees en la IA como una herramienta del arte?

Sí, es un aliado, pero no debemos de confundirnos, nunca perder la autoridad, nuestra intuición y la brújula. Es importante utilizarla como una herramienta para aprender, hacer prototipos, pero que nuestro concepto tenga tanta fuerza que la tecnología no diluya tu propuesta como artista.

 

¿Cuál es tu sueño?

Tener una residencia de arte, un espacio en el que pueda recibir a otros artistas y apoyarlos e impulsarlos.

 

¿Tienes algún cuadro que sueñes con hacer?

Últimamente he estado explorando la serie de los invernaderos, me encantan las plantas y los animales, pero también con los niños con insectos robots tengo muchos bocetos que quiero hacer, como el niño con el escarabajo, muchos otros insectos que quiero explorar y ya en otra etapa más pulida quizás me atrevería a hacer un ajolote robot.

 

¿Por qué juntar los insectos y los niños?

Hay una anécdota que me pasa en primero de primaria, abro mi mochila y me saltan un montón de grillos encima, era la niña nueva y me llenaron la mochila de grillos, entonces me dio fobia, muchos años me traumó y luego hay una foto de mí arriba de un chapulín de mimbre al que mi mamá me incito a subirme con mucho miedo, pero en ese momento me di cuenta de que era posible curar los miedos, desde ahí nació la idea y ya llevo varios cuadros de la niña con el chapulín.

 

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