Exsecretarios de Salud proponen masificar pruebas de Covid-19

El escenario mexicano frente al Covid-19 revela que hay más de 69,000 fallecimientos confirmados, hasta este miércoles, de ellos, el 79 por ciento no ha tenido la oportunidad de ser atendido en cuidados intensivos o ha llegado tarde a la consulta; también es el país donde el mayor número de personal médico y enfermería ha fallecido, 1,230. Las proyecciones nacionales e internacionales, entre ellas la de la Universidad de Washington, apuntan a un escenario que superará los 140,000 muertos para finales de este año; en este contexto, la visión de la pandemia debe ser comprensiva, integral, global y colaborativa, así lo manifestaron seis exsecretarios federales de Salud: José Ángel Córdova, Julio Frenk Mora, Mercedes Juan, José Narro, Salomón Chertorivski y, a través de un representante, Guillermo Soberón, al presentar el documento La Gestión de la Pandemia en México. Análisis preliminar y recomendaciones urgentes, auspiciado por el consejo ciudadano Pensando en México. A seis meses de la pandemia, los exsecretarios de Salud, revisan el panorama mexicano y hacen recomendaciones puntuales, como la masificación de tests, con un mínimo 127,000 pruebas de detección semanales; realizar confinamientos focalizados, entregar un ingreso mínimo vital a las personas y vacunar de inmediato contra la Influenza, entre otras medidas.

Algunos resultados

Este documento ha llegado a diversas conclusiones, entre ellas manifiesta que en México no se puede decir que vivimos un rebrote, pues se registra una constante de crecimiento, con algunas semanas con tasa de cambio, pero en el conjunto el grado de positividad es muy alto y sigue su marcha, “la pandemia no se ha controlado”, señaló Salomón Chertorivski Woldenberg. La evidencia también analiza las principales políticas, decisiones y acciones que ha instrumentado el gobierno federal, desde el plan de preparación en enero, hasta la semaforización de junio y julio y las últimas cifras de agosto, pasando por el modelo centinela, la producción jurídica, las medidas de confinamiento, la realización de pruebas, el plan de reconversión hospitalaria y los protocolos de apertura. Se concluye entonces, que hay una subestimación del riesgo y letalidad que representa el Covid-19, lo que generó reacciones tardías y de menor amplitud, además la política se desplegó con información insuficiente y defectuosa, también señala una profunda descoordinación federal con los estados y falta de rectoría, con comunicación inconsistente, poco creíble e incongruente. Señala también que se ignoraron las directrices de la OMS, como las pruebas rápidas que permiten hacer mapeos y confinamientos más puntuales, la utilización de cubrebocas que se negó en recomendación por mucho tiempo, además de una imperdonable desprotección al personal médico. Con este escenario los exfuncionarios proponen un plan nacional de ocho semanas que contemple la aplicación de pruebas de forma extensa en el territorio nacional para poder conocer el movimiento del virus y contenerlo donde sea necesario, medidas de contención y confinamiento estricto, además de trazar un mapa de infección para que tanto gobiernos federales como estatales apliquen las acciones centradas en los panoramas locales de la enfermedad.

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