
Por primera vez en dos décadas aumentó el número de niñas, niños y adolescentes que trabajan, la mayoría de ellos en labores de alto riesgo para su edad. La crisis por Covid-19 podría incluso elevar esa población a más de 200 millones para 2022
El cierre de escuelas empeoró todo
De acuerdo con el informe, hubo un “aumento sustancial” en el trabajo infantil de las personas más pequeñas, las niñas y los niños de entre 5 y 11 años. Después de que en 2016 las estimaciones mundiales indicaron una desaceleración, en 2020 se sumaron 16.8 millones más de los que había en aquel año. Además, hay 79 millones, de entre 5 y 17 años, laborando en tareas que son peligrosas para su edad. Reitera, como lo ha hecho en otros reportes, que el sector agrícola es donde labora la mayor parte de esta población: el 70%, es decir, 112 millones. En segundo lugar es el sector de servicios, que emplea a 20% de las niñas y niños (31.4 millones). En el sector de la industria, con 10%, ocupa el tercer sitio, pues sea aprovecha de la fuerza de 16.5 millones. Sin embargo, la OIT indica que “la mayor parte del trabajo infantil tiene lugar dentro de las familias”. El 72% de todo el trabajo infantil y el 83% del que se presenta entre las edades de 5 a 11 años se produce ahí, “principalmente en granjas o en microempresas familiares”. El cierre de las escuelas para guardar la sana distancia y prevenir los contagios de la covid-19 también favoreció el incremento del trabajo infantil. Casi el 28% de quienes tienen entre 5 a 11 años y el 35% de quienes están en una edad de entre 12 y 14 años y se encuentran en situación de trabajo infantil no están escolarizados. “Las nuevas estimaciones constituyen una llamada de atención. No podemos quedarnos impasibles mientras se pone en riesgo una nueva generación de niños”, señaló Guy Ryder, director General de la OIT, según un comunicado de la organización. “Es primordial aumentar las inversiones para facilitar el desarrollo rural y promover el trabajo decente en el sector agrícola. Nos encontramos en un momento crucial y los resultados que se obtengan dependerán en gran medida de las medidas de respuesta que adoptemos”.Recomendaciones de la OIT y Unicef
La crisis económica, el cierre de escuelas, ajustes presupuestarios a escala nacional, todo esto lleva a que las familias se vean obligadas a tomar decisiones muy drásticas, dijo Henrietta Fore, directora ejecutiva de Unicef. Junto con la OIT, ese organismo emitió las siguientes recomendaciones:- Aumentar el gasto en una educación gratuita y de calidad
- Facilitar el regreso a la escuela, principalmente de quienes ya no asistían antes de la pandemia
- Promover el trabajo decente para personas adultas. Así, las familias no tendrán que recurrir a la ayuda de sus hijos e hijas para generar ingresos
- Eliminar las normativas de género ineficaces y la discriminación que propician el trabajo infantil
- Invertir en sistemas de protección de la infancia y el desarrollo del sector agrícola.
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