Cinco días de ataques israelíes han dejado 232 muertos y paralizado la vida en Teherán. Calles vacías, temor entre civiles y fuerte presencia militar marcan el panorama en la capital iraní
La ciudad de Teherán enfrenta un clima de tensión e incertidumbre tras cinco días de ataques israelíes que han dejado al menos 232 personas muertas y cerca de mil 800 heridas, la mayoría civiles. En el norte de la capital iraní, las calles lucen vacías, con presencia militar constante y explosiones que se escuchan de forma intermitente.
Uno de los ataques recientes alcanzó la sede de la televisión estatal IRIB en el distrito 3, donde murieron tres personas. Desde entonces, los pocos ciudadanos que se atreven a salir lo hacen con cautela, principalmente para abastecerse de alimentos. Solo permanecen abiertos comercios esenciales y un café.
“Este es mi café habitual, así que he bajado a tomar algo, qué voy a hacer”, comenta Ali, un empresario del sector de perfumes que planea abandonar la ciudad con su familia enferma en los próximos días. “Lo mismo esta noche se cierra un alto el fuego o estamos así meses”, añade mientras se escuchan posibles defensas antiaéreas.
El parque Mellat, usualmente concurrido, está ahora desierto. Una mujer que vive cerca del edificio atacado por Israel afirma sentirse “muy asustada” y expresa alivio por poder conversar. La vigilancia en la zona se ha intensificado: agentes de seguridad civil solicitan documentación y revisan los móviles de los transeúntes, prohibiendo fotos y videos.
Durante los primeros días del conflicto, aún se observaba cierta actividad en las calles. Sin embargo, los ataques a instalaciones militares, energéticas y zonas residenciales han provocado un éxodo hacia el norte del país. La carretera hacia la provincia de Mazandarán, en la costa del mar Caspio, ha registrado congestión vehicular por la salida masiva de residentes.
En total, desde la madrugada del viernes, Israel ha lanzado una ofensiva sostenida contra objetivos en Irán en respuesta a la creciente tensión regional. Mientras no se anuncia un alto el fuego, la capital iraní continúa en estado de alerta.
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