
El gobierno federal tiene en sus manos un proyecto para reestructurar la administración pública federal y desaparecer 17 organismos públicos, los cuales en conjunto representan un presupuesto de 2,755 millones de pesos para este año
Los organismos sacrificados
De concretarse el proyecto, éstas son las áreas que desaparecerían y el número de trabajadores que se emplean en ellas: Órganos administrativos desconcentrados- Secretaría General del Consejo Nacional de Población – 127 servidores públicos
- Coordinación General de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados – 48 servidores públicos
- Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes – (No se proporciona el dato)
- Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo – 179 servidores públicos
- Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía – 97 servidores públicos
- Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias – 166 servidores públicos
- Instituto Nacional de la Economía Social – 437 servidores públicos
- Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera – 96 servidores públicos
- Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas – 96 servidores públicos
- Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación – 108 servidores públicos
- Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores – 790 servidores públicos
- Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad – 31 servidores públicos
- Instituto Mexicano de la Juventud – 205 servidores públicos
- Instituto Mexicano de Tecnología del Agua – 362servidores públicos
- Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático – 325 servidores públicos
- Comité Nacional para el Desarrollo Sustentable de la Caña de Azúcar – 8 servidores públicos
- Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional Anticorrupción – 74 servidores públicos
Escenario laboral de incertidumbre
Especialistas en Derecho Laboral afirman que el panorama para los servidores públicos que trabajan en las instituciones que pueden desaparecer es de incertidumbre, debido a los cambios en el régimen laboral que pueden derivar de la fusión. Mientras los órganos administrativos desconcentrados se rigen por el apartado B de la Constitución, que regula la relación de los trabajadores al servicio del Estado, los organismos descentralizados pueden estar bajo el régimen del apartado A, es decir, relaciones laborales en el sector privado, explica Manuel Fuentes Muñiz, abogado laboralista y profesor investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana. “Hay muchos casos en el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje de trabajadores que han sido separados en anteriores reestructuraciones y que no se les paga ningún tipo de indemnización”, puntualiza. Los más afectados, considera el especialista, podrían ser los burócratas que cambien su régimen del apartado A al apartado B tras su fusión con una dependencia del gobierno, pero también es preocupante lo que pueda ocurrir con los trabajadores que se encuentran actualmente en órganos desconcentrados, pues no hay claridad en la indemnización que deberán recibir. “Se plantean escenarios en los que se ordena una reestructuración administrativa y no solamente habrá reajustes en los puestos de trabajo, sino a los montos de los salarios que se pudieran estar pagando a los servidores públicos que continúen trabajando. Las fusiones también pueden traer como consecuencia que se firmen nuevos contratos de trabajo y eso derive en una reducción de sus derechos. Aunque estos temas son ilegales, si el trabajador acepta una reducción de salarios o prestaciones no hay algo que se pueda reclamar”, expone Fuentes Muñiz. El Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, autoridad encargada de resolver los conflictos laborales en la Administración Pública Federal cuenta con la Procuraduría de la Defensa de los Trabajadores al Servicio del Estado (Prodetset), pero no puede intervenir en conflictos vinculados con el Conapred, INECC, Inapam e Imjuve, entes públicos contemplados en el proyecto que se evalúa en la Presidencia de la República. “Ante la fusión cambiarán las condiciones generales de trabajo, lo más probable es que sea la de los trabajadores de organismos descentralizados y generalmente es para bajar sus sueldos y equipararlos a los de los órganos desconcentrados. Desde luego cambiarán al régimen del apartado B en lugar del A y ello tiene que ver mucho con sus prestaciones, aguinaldos, entre otras condiciones”, señala Sara Morgan Hermida, consultora independiente y abogada laboralista.Nuevo contrato, el siguiente paso
Sara Morgan explica que a diferencia de las sustituciones patronales en el sector privado en la que los trabajadores son transferidos a un nuevo empleador con sus mismas condiciones de trabajo, la desaparición de un organismo descentralizado implica la extinción de la fuente de empleo y, por lo tanto, los servidores públicos se sujetarán a un nuevo contrato. “Es una adaptación y es un contrato nuevo. La fusión es un contrato nuevo que deben de firmar. Es un golpe fuertísimo para todos estos trabajadores. Por supuesto que les van a bajar sus prestaciones, es una manera diferente de recibir su salario, también es una manera diferente de recibir sus prestaciones”, apunta Sara Morgan. Entre los escenarios probables en caso de avanzar la reforma, subraya la consultora, la reducción de sueldos es de las más realistas, pues al pasar a formar parte de la estructura de una dependencia, los tabuladores son definidos por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Para Manuel Fuentes, el riesgo para los derechos laborales de estos trabajadores “es inminente, no sólo en cuanto a la pérdida del empleo, sino en cuento a la permanencia. Si es que las condiciones laborales en el centro de trabajo actual son superiores a las de las dependencias, podrían estar perdiendo prestaciones laborales y sus condiciones de trabajo estarían limitadas a un tema presupuestal más riguroso”, opina. Desde la óptica del especialista, entre los servidores públicos que estarán involucrados en la fusión, los funcionarios de confianza serán los más desprotegidos. “Aunque estén en el Apartado B, no tienen derecho a ningún tipo de indemnización, reinstalación y demás, es el sector que estará quedando en más indefensión, porque prácticamente sus derechos son nulos”. Aunque Sara Morgan considera que el personal de confianza debe ser liquidado, reconoce que en las reestructuras administrativas de este tipo es el personal con más probabilidades de ser recortado. Los especialistas coinciden en que, como cualquier otra fusión de empleadores, el escenario de recortes de personal no se puede descartar, pero los cambios en los regímenes laborales serán los que determinen las nuevas condiciones de trabajo de los burócratas que conserven su empleo.Empleo rompe récord en enero al registrarse más de 142 mil puestos ante el IMSS
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