De concretarse, el Villarreal vs Barcelona sería el primer partido oficial de LaLiga jugado fuera de territorio español
La Real Federación Española de Futbol (RFEF) aprobó este lunes iniciar los trámites para que el duelo Villarreal vs FC Barcelona, correspondiente a la jornada 17 de LaLiga, se dispute en el Hard Rock Stadium de Miami. La decisión fue respaldada por su Junta Directiva, reunida de forma telemática, tras recibir la solicitud conjunta de ambos clubes.
El procedimiento implica trasladar la petición a la UEFA, que a su vez deberá remitirla a la FIFA para su aprobación definitiva, conforme al Reglamento de Partidos Internacionales y a las normas internas de la RFEF.
La propuesta no contó con unanimidad. El presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y vicepresidente de la RFEF, David Aganzo, votó en contra, argumentando que el tema se trató de manera unilateral sin consultar a los jugadores. También se opuso Miguel Ángel Nadal, miembro de la junta, al considerar que no todos los clubes estaban informados.
Este posible traslado revive un conflicto jurídico que marcó la relación entre LaLiga y la RFEF hace cinco años, cuando la federación bloqueó el Girona-Barça previsto para disputarse en Estados Unidos. Aquella disputa legal se resolvió en contra de LaLiga en todas las instancias, incluido el Tribunal Supremo, que falló en septiembre de 2024.
En aquel entonces, la RFEF se amparó en el principio de que los partidos oficiales de una competición nacional debían jugarse dentro del territorio de la federación correspondiente, postura respaldada por la FIFA.
La situación podría tener un desenlace distinto esta vez. La FIFA reformó hace un año su reglamento para permitir, bajo ciertas condiciones, partidos fuera del país de origen, evaluando factores como el impacto en la competitividad, la seguridad de jugadores y aficionados, y el bienestar general de todas las partes implicadas.
De concretarse, el Villarreal-Barça sería el primer partido oficial de LaLiga jugado en territorio estadounidense. Un experimento que, más allá de la logística y los permisos, pondrá a prueba el delicado equilibrio entre negocio, espectáculo y la esencia local del futbol.
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