
Fernando Cortés tiene dos sueños: ser campeón del Mundo y campeón de la Olimpiada del Mundo para México; en su camino ya logró un subcampeonato mundial y es una de las promesas queretanas del ajedrez
Una limpieza en casa llevó a un pequeño de seis años a descubrir un ajedrez arrumbado en uno de los cajones. Dicho hallazgo fue el comienzo de la historia de Fernando Cortés en uno de los deportes más demandantes de concentración, en el cual, tras lograr el subcampeonato mundial en 2022, aún tiene un sueño por cumplir: “Ser campeón del mundo… bueno, tengo otro también: ganar la Olimpiada del Mundo para México”, señaló para “Códigoqro”. Fernando logró el subcampeonato en el Campeonato Mundial Escolar de Ajedrez 2022, lo que marcó un hito en la historia del país, pues ningún ajedrecista había logrado un título tan alto a nivel internacional. En la competencia, Fernando se enfrentó a rivales de Inglaterra, Estados Unidos, El Salvador e India. “Al principio no entendía muy bien, porque era mucho (que asimilar). En la primera semana no estaba consciente de lo que estaba logrando, después ya, todo, muy feliz. Es un recuerdo inolvidable”.El estratega
El ajedrez pone los reflectores en dos jugadores que se enfrentan en estrategias, haciendo un esfuerzo intelectual por capturar o dar jaque mate al rey del adversario, para lo cual disponen de 16 piezas móviles colocadas sobre un tablero dividido en 64 casillas. “No es solo un juego”, señala Fernando al ser cuestionado sobre si describiría el ajedrez como un juego, y señala las estrategias y el trabajo físico y mental como parte fundamental del enfrentamiento. “Necesitas mucha condición física, recuerdo que en un torneo de nueve rondas, cada una duró como cuatro o cinco horas… bajé dos kilos”. En estas extenuantes ocasiones, los atletas hacen su jugada y durante el tiempo del rival se levantan al baño, toman agua y pueden ver otras partidas, pero no pueden tener contacto con el exterior. “A veces la cabeza se cansa, entonces, necesitas dar vueltas para despejarte”. Cortés recuerda una de sus partidas más largas: “Obviamente te cansas, tratas de seguir… y luego, con el apuro del tiempo, de que ya tienes 30 segundos, tu cerebro tiene que trabajar más”. Cortés, ahora de 12 años, es un chico callado, podría decirse que tímido; comienza hablando poco, pero es el ajedrez el que le da la audacia para desenvolverse y hablar de su pasión. “A veces es mejor firmar tablas que una derrota”, señala, aunque con su experiencia sabe que en ocasiones también es buena idea complicarle al rival o fastidiarlo, “porque todos somos humanos y también nos equivocamos”.Jaque a la concentración
Este año, durante el selectivo mundial, Fer vivió una de las partidas que más lo marcó: se enfrentaba al segundo lugar y “estaba mal: tenía casi perdido, tenía dos peones menos y me acuerdo que el rival, yo creo, pensó: ‘Ya le gané’, porque hizo una jugada en la que me dio el peón, estábamos en el apuro, ahí le compliqué y terminé ganando la partida”. Fer señala que en su escuela sus compañeros se han unido de a poco a practicar este deporte, lo que lo hace sentir feliz, porque antes el ajedrez no era muy apoyado en el estado, pero el año pasado se rompió un récord y asistieron más de mil 900 jugadores al torneo que se organizó en Querétaro. Sobre el sacrificio más grande al que se ha enfrentado, cuenta que es la escuela, en la cual es habitual que pida permiso para participar en torneos y cuenta: “Pido las libretas para pasar apuntes”. “Primero es el torneo, me apoyo en mis compañeros… Recuerdo que en el macrorregional tenía una tarea para el lunes, regresamos el domingo en la noche y fue de: ‘¡La tarea!’”. Su rutina escolar diaria no es sencilla: entra a las ocho de la mañana y sale a las tres de la tarde… para entonces, dice: “Me baño, como, entreno y luego voy al futbol; regreso, hago tareas y luego vuelvo a entrenar. Sí, también me gusta el futbol, pero es como para la condición física, porque es muy difícil aguantar (en los torneos)”.
El sacrificio de Meier
La clave de este sacrificio es la ventaja táctica que se logra, lo que obliga al oponente a buscar una defensa, aunque lo conducirá a una posición inferior. Dicha jugada es difícil de calcular, pues requiere hacer un cálculo a futuro, por lo que el jugador debe ser capaz de prever cómo podría responder el oponente. Fer es franco al mencionar que a veces “no le cae el 20” cuando gana y hasta que llega a su casa procesa las victorias del llamado deporte ciencia, cuyas reglas y principios básicos son fáciles de dominar, pero su estrategia les exige a los jugadores dar todo de sí mismos. Por ello, cuando las partidas sitian al jugador, este debe rememorar en poco tiempo todo lo que ha entrenado para buscar el mejor movimiento. “Una vez, en una partida que perdí, me dolió muchísimo y la soñé varios días, era de: ‘¿Por qué me pasó?’; aún tenía tiempo, tenía como 50 minutos todavía”. En algunas circunstancias el rendirse también es una muestra de honor y fortaleza, y no una falta de valentía; por ello, los estrategas también saben cuándo deben dar un paso atrás. “(Me he rendido) muchas veces, pero por cansancio, nunca, es más porque sé que estoy mal o muy perdido. Paras el reloj y le das la mano (al oponente)”.Un deporte en ascenso
Desde su amplia perspectiva, Fer considera que el nivel de México es bueno, pero hay otros países, como Rusia y China, que son muy fuertes. “Estudian muchísimo; también India, que tienen al campeón del mundo”, explica. La siguiente competencia para el queretano serán los Juegos Nacionales de Conade, a los que calificó al finalizar en la tercera posición en los macrorregionales. “Mi objetivo es conseguir medallas; he jugado cuatro (juegos) conades, en los cuatro he clasificado a finales”. El estado es uno de los más destacados en el ajedrez, en el que, si bien nunca ha ganado, ha estado cerca, como la tercera plaza como estado, solo detrás de Yucatán y la Ciudad de México. “En 10 años… quiero ser uno de los mejores jugadores de México, no en categoría, sino en abierto”, finaliza Fernando.La vacuna para el alzhéimer podría estar en nuestro cerebro
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