
Biden lleva mucho tiempo prometiendo mano dura contra la cultura de las armas en Estados Unidos que, según él, alimenta una epidemia de tiroteos masivos, así como el flujo diario de crímenes y suicidios
"Pico histórico de homicidios"
Destaca una nueva normativa propuesta para "detener la proliferación de armas fantasma", como se conoce a las armas de fuego construidas de manera casera y que no tienen números de serie. El funcionario dijo que estas armas son especialmente preocupantes porque cuando se encuentran en las escenas del crimen "no pueden ser rastreadas". Otra norma endurecerá la normativa sobre los soportes de brazo fabricados para estabilizar las pistolas, un dispositivo utilizado por el hombre que mató a 10 personas en Colorado el mes pasado. De acuerdo con la norma, las pistolas con soportes se clasificarían como rifles de cañón corto, lo que las sometería a un control más estricto. Otras medidas incluyen aumentar el apoyo a los organismos que combaten la violencia y el encargo del primer informe exhaustivo desde el año 2000 sobre el tráfico de armas de fuego en Estados Unidos. El año pasado, las armas de fuego dejaron más de 43,000 muertos en el país, suicidios incluidos, según el sitio web Gun Violence Archive. La organización registró 611 "tiroteos masivos", definidos como los que dejan al menos cuatro víctimas, en 2020, contra 417 el año previo. "La violencia armada cobra vidas y deja un legado duradero de trauma dentro de las comunidades todos los días en este país", señaló la Casa Blanca en un comunicado. "De hecho, las ciudades de todo el país se encuentran en medio de un pico histórico de homicidios, violencia que afecta desproporcionadamente a los estadounidenses negros y morenos. El presidente se ha comprometido a tomar medidas para reducir todas las formas de violencia con armas de fuego", añadió el comunicado.Primeros pasos
Sin embargo, no se espera que se anuncien medidas importantes para endurecer las leyes que limitan el acceso a las armas, como una mayor verificación de antecedentes. El funcionario subrayó que las disposiciones que anunciará Biden —junto al fiscal general, Merrick Garland— son solo los "primeros" pasos. Se tratará de acciones Ejecutivas y no leyes que requieran el voto del Congreso. "Hay mucho más que hacer... pero estos son pasos realmente importantes", tuiteó la directora de comunicación de la Casa Blanca, Kate Bedingfield. Biden lleva mucho tiempo prometiendo mano dura contra la cultura de las armas en Estados Unidos que, según él, alimenta una epidemia de tiroteos masivos, así como el flujo diario de crímenes y suicidios. El demócrata se declara partidario de un control de antecedentes más estricto para los compradores de armas de fuego y de la prohibición de los rifles de tipo militar, como el AR-15. Ambas ideas enfrentan una fuerte resistencia en el Congreso. El AR-15, una semiautomática parecida al emblemático rifle militar M16, ha sido señalado por muchos como el arma elegida en una serie de asesinatos en masa. Al mismo tiempo, el rifle es enormemente popular entre los tiradores deportivos y los entusiastas de las armas legales, simbolizando la división ideológica del país. En 1994, cuando era senador, Biden apoyó la prohibición de los fusiles de asalto. La ley expiró una década más tarde y nunca fue renovada, con los republicanos cada vez más rígidos en su oposición a lo que describen como un ataque al derecho constitucional. Después de los tiroteos en Georgia y Colorado, Biden pidió al Congreso prohibir los rifles de asalto y aprobar leyes para una mejor verificación de antecedentes de los compradores de armas, pero las estrechas mayorías demócratas en ambas cámaras dificultan el trámite de iniciativas sobre este tema tan sensible en Estados Unidos, donde la Constitución consagra el derecho a portar armas.Comparte esta nota: