viernes, 27 de junio de 2025

Los retos del agua

Los retos del agua

Ha sido recurrente en el mundo la insuficiencia del abasto del agua en muchos países todavía. La insuficiencia es estacional o periódica. Se trata de un problema factorial o por el cambio climático, la contaminación, la sobreexplotación del agua y la falta de infraestructura para su almacenamiento, la corrupción o la falta de recursos financieros.

En suma, estas son algunas de las razones que han propiciado que este problema crezca, poniendo en riesgo el crecimiento económico, el medio ambiente y la salud pública.

Recurrentes son las crisis del desabasto de agua en el mundo y en algunos estados o regiones de nuestro país, así como en otras regiones del mundo. Recordemos cómo historiadores han hablado de las guerras del futuro por el agua. Un ejemplo es el libro de Alvin y Heide Toffler, que publicaron en 1993, “Las guerras del futuro”. Hubo otro texto que señalaba mucho los conflictos potenciales del río Nilo, etcétera.

En muchos países se han venido agrandando cada vez más el cambio climático, la contaminación, la sobreexplotación de agua, la falta de infraestructura para su almacenamiento, la corrupción y la falta de recursos financieros, que son algunas de las razones que han propiciado que este problema crezca y ponga en riesgo el crecimiento económico, el medio ambiente y la salud pública.

Añadimos hoy los efectos del cambio climático, que es real y muy costoso.

De toda el agua del planeta, solo el 2.5 por ciento es dulce. En muchos países, incluso el nuestro, un porcentaje importante de la población carece de acceso al agua entubada. De acuerdo con otro estudio, de la OCDE de 2015, esto es, de hace 10 años, ha existido un gran desperdicio de agua, por diversas razones, como por fuga.

El lema se encuentra dentro de los objetivos de desarrollo: Agua limpia y saneamiento; la falta de infraestructura y recursos, además de la corrupción en las megaobras de agua, son problemas que rodean este tema.

En su mayoría, este tipo de proyectos debe trascender las administraciones públicas o son obras de poca lucidez, como las plantas tratadoras de agua o las presas, que, una vez terminadas, requieren de muchos más recursos para su operación. Esto sucedió mucho más en el pasado.

En 2016, la infraestructura hidráulica con la que contaba el país consistía en más de 5 mil presas y bordos de almacenamiento, 6.5 millones de hectáreas de riego, 965 plantas potabilizadoras en operación, 2 mil 540 plantas de tratamiento de aguas residuales y más de 3 mil km de duetos representaban el reto de no solo crecer, sino de mantener lo que se encontraba operando.

Hay que recordar que en 1982 se presentaron adiciones al artículo 115 constitucional, cuando se definió de manera explícita que los servicios de agua potable eran responsabilidad primaria de los municipios; sin embargo, para la mayoría de ellos, los servicios de agua potable y alcantarillado se convirtieron en una carga económica, derivado de la falta de cobro y valores adecuados, haciendo de estos organismos un peso adicional para las finanzas municipales. Clarísimo, si añadimos el desinterés fiscal de la mayor parte de los municipios, incluida la colaboración administrativa con los gobiernos estatales.

Para el caso de las megaobras, llegaban a tener problemas mayores; existen algunas presas en el país que, aun cuando ya estaban terminadas, tardaban en funcionar. 

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