El consumo de cocaína está asociado a diferentes enfermedades y envejecimiento cerebral
La cocaína es altamente adictiva. Entre sus efectos se destaca el aumento de dopamina que produce y que activa los circuitos del cerebro para el control del movimiento y la recompensa.
Se estima que 1 de cada 5 personas que consumen cocaína terminan desarrollando una adicción. Esto se debe a que el cerebro obliga a las células a seguir emitiendo señales placenteras durante el efecto de la droga. Esto ocasiona que las personas cada vez requieran una mayor dosis.
Además, el trastorno por consumo de cocaína provoca cambios en la metiloma, un área del cerebro importante para la autoconciencia y el control inhibitorio.
Investigadores de Alemania y Canadá publicaron una investigación que muestra que las células parecen biológicamente más viejas en las personas que consumen cocaína. Es decir, las células envejecen más rápido por encima de las personas que no tienen adicción.
Incluso este envejecimiento puede deberse a los procesos patológicos relacionados con la cocaína. Además, se observó mayor pérdida de volumen de materia gris en las personas dependientes esta sustancia.
Así, una vez, la ciencia encuentra relación entre la cocaína y el deterioro cognitivo, la atrofia cerebral, disminución en el volumen del cerebro en la corteza prefrontal y temporal. Sin embargo, la relevancia de estos estudios radica en que es la primera vez que se asocia a la cocaína con el envejecimiento prematuro del cerebro.
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