Manu Chao cumple hoy 61 años de ser un clandestino de la música y, a pesar de que su último disco salió hace 13 años, sigue siendo la voz del movimiento antiglobalización y un faro de los oprimidos
“Solo voy con mi pena, sola va mi condena, correr es mi destino…”, reza una parte de la canción “Clandestino”, de Manu Chao, nombre que también lleva su primer disco, que se publicó hace 24 años y que hoy, en el cumpleaños número 61 del cantautor parisino, está más vigente que nunca.
José Manuel Tomás Arturo Chao nació en París el 21 de junio de 1961, hijo de Ramón, un periodista, y Felisa, quien sufrió el exilio junto a su familia en los campos de refugiados franceses en los que acabaron miles de españoles tras la Guerra Civil.
“Lo más importante que aprendí de ellos fue su sentido de la honestidad. Son personas honestas y nunca intentaron engañar a otros por dinero y cosas así. No es muy fácil ser honesto en este mundo, porque si eres honesto siempre te ching… pero prefiero que me ching… a que me remuerda la conciencia”, señaló Manu sobre sus padres en su biografía.
Junto a su hermano Antoine y su primo Santi, fundó el grupo Joint de Culasse; después vendrían Hot Pants y Los Carayos, para finalmente, en 1987, ganar relevancia internacional con el grupo Mano Negra y la canción “Mala vida”, escrita por Manu, en 1984.
Antes de esta fama que lo fue precediendo, el cantautor solo tocaba ‘cóvers’, pues señalaba que antes de crear sus propias obras debía ir a la escuela y necesitaba maestros. Manu los encontró en Chuck Berry, Lou Reed, The Clash, Jacques Brel, Édith Piaf y Bob Marley, influencias de las que nació el estilo de Manu: una amalgama de rock, latino, punk, ska, blues y reggae.
“Una buena banda no se hace con grandes músicos. (…) Son las personas, la actitud, la energía”, expresó el músico, quien logró un éxito arrollador en Francia, parte de Europa, México y casi toda Sudamérica. Mano Negra se disolvió en 1994, tras la publicación del disco “Casa Babylon”.
Clandestino
En 1995, Manu regresó a Europa tras pasar un par de años en Sudamérica, donde empezó los cimientos del que sería su gran éxito como solista: “Clandestino”, que se publicó en 1998 y del cual destacan canciones como “Clandestino”, “Desaparecido” y “Welcome to Tijuana”.
El álbum logró el disco diamante y figuró en la lista de los 500 mejores de la historia según la revista “Rolling Stone”. Las letras están interpretadas en español, francés, portugués, gallego e inglés; además, cuenta con fragmentos del Subcomandante Marcos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Con el álbum, Manu se convirtió en un símbolo musical para el movimiento antiglobalización y un faro de los oprimidos, que encontraron en sus letras himnos de lucha.
Próxima estación… Esperanza
Manu publicó su segundo disco en 2001, con canciones como “Me gustas tú”, “Infinita tristeza”, “Mr. Bobby”, “Mi vida” y “Merry Blues”, procurando estar siempre del lado de los más débiles, más propenso a los conciertos improvisados o benéficos.
En 2006, Manu se presentó en el Zócalo de la Ciudad de México, siendo la última ocasión que el cantautor hizo un concierto en el país; el día siguiente se actuó en el multiforo Alicia, en el que se grabó en directo el álbum Estación México, cuya recaudación fue destinada a la Comisión Sexta del EZLN y presos políticos de Atenco y Oaxaca.
Quince años después de esa presentación, Manu se mantiene como uno de los referentes del rock en español.
