Hoy hace 70 días inició la invasión de Ucrania. Si bien los rusos le apostaban a un rápido desenlace, la sorprendente resistencia de los ucranianos vuelve difícil estimar cómo y cuando terminará una intervención militar surgida de los devaneos expansionistas de Vladímir Putin. Si bien el mandamás ruso había arrebatado ya a los ucranianos la península de Crimea en 2014, ha quedado ahora de manifiesto que su codicia carece de límites.
Al igual que en otras tragedias humanas, la opinión pública ha empezado a perder interés. Esto me parece preocupante y lamentable, por lo que me he dado a la tarea de hurgar en los reportes noticiosos surgidos de los propios periodistas ucranianos y así tener una idea más precisa de lo que está pasando.
Todo apunta a que –en su frustración ante la lentitud de los avances militares– Putin autorizó a sus generales intensificar los ataques sobre la población civil. La primera señal de esto se dio el 16 de marzo, cuando la aviación rusa redujo a escombros el teatro Dramático de Mariupol, en el que se habían refugiado alrededor de mil 200 damnificados. Los primeros estimados ponían en 300 el número de víctimas fatales, pero una investigación periodística realizada por Mstyslav Chernov, Vasilisa Stepanenko y Lori Hinnant reveló apenas ayer miércoles que la cifra real de civiles fallecidos en el ataque ascendió a 600. Oksana Syomina, una de las sobrevivientes, se expresó de la siguiente manera: “Toda esa gente está aún bajo los escombros porque no han sido removidos… [el teatro] es una enorme tumba masiva”. Cabe especificar que los enconados combates han vuelto hasta ahora imposible la tarea de retirar los cuerpos atrapados.
Censor.NET, un medio informativo ucraniano, entrevistó a Sherhiy Taruta, un miembro del parlamento, quien sentenció: “Asumimos el compromiso de encontrar a todos y cada uno de los pilotos que arrojen bombas en Mariúpol y otras ciudades ucranianas. Los encontraremos a todos y los destruiremos. No habremos de parar hasta que el último de ellos deje de respirar. ¡Es nuestro deber sagrado!”.
Por su parte, Aleksandra Klitina –del diario capitalino "Kyivpost"– denuncia que los militares rusos han estado ejecutando a los pobladores que intentan rendirse en la región de Donbás, en vez de tomarlos prisioneros. Esta acusación se suma a otras presuntas atrocidades de las fuerzas de ocupación, incluida la violencia sexual, los actos de tortura y el bombardeo de hospitales. En Bucha, un suburbio de Kiev, fueron descubiertos 412 cadáveres de civiles. La mayoría presentaba heridas de bala y algunos tenían las manos atadas, lo que lleva a suponer que fueron asesinados a mansalva. Esta información fue confirmada por el diario británico “The Guardian”, que reprodujo el testimonio de Taras Schevchenko, uno de los sobrevivientes, quien confirmó que los soldados rusos habían abierto fuego sobre aquellos que intentaban abandonar Bucha a través de un corredor humanitario.
Para levantar el ánimo de la población ante semejante brutalidad, la prensa ucraniana se ha dado a la tarea de resaltar los actos heroicos de algunos de sus conciudadanos. De estos esfuerzos te pondré al tanto en la siguiente entrega, lector.
Gobernar las emociones (parte 3)
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