
La Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) para las Elecciones del Poder Judicial en México estuvo encabezada por el excanciller de Chile Heraldo Muñoz Valenzuela y participaron 16 personas de 10 nacionalidades.
El despliegue de la misión fue posible por las contribuciones financieras de Canadá, Colombia, Corea, Estados Unidos, Francia, Países Bajos, Panamá y República Dominicana. Esta fue la octava misión electoral desplegada por la OEA en nuestro país y, en esta ocasión, para observar la primera elección de autoridades del Poder Judicial.
Su informe preliminar, dado a conocer el pasado 6 de junio, enfureció a la presidenta Claudia Sheinbaum; quien acusó una intervención por parte del organismo internacional regional integrado por 35 países y creado en 1948 con el objetivo principal de fomentar la paz, la justicia, la solidaridad y el desarrollo en la región.
“Sobre la publicación de la OEA, que pronto está por salir su documento final, lo que planteó la Cancillería -y lo retomamos- es que en las funciones está claramente establecido, en los estatutos de la OEA, la no intervención. Entonces, pueden venir como observadores y decir qué pasó el día de la elección, pero decir o incluso orientar a los países de América Latina: ‘que no vayan a usar la forma de elegir, para definir a su Poder Judicial’, pues ¿de dónde lo sacan, si nada más estuvieron el día de la elección?, todavía ni siquiera toma posesión el nuevo Poder Judicial para poder evaluar su funcionamiento (…) No estamos de acuerdo con este posicionamiento que excede completamente su función y realmente entra a asuntos políticos que solamente tienen que ver con las y los mexicanos”, declaró.
Sin embargo, habría que hacer algunas precisiones en relación con lo dicho por la mandataria. En primer lugar, no es cierto -como afirmó- que “nada más estuvieron el día de la elección”; ya que, de acuerdo con el comunicado de prensa C-027/25 de la OEA, la misión inició el viernes 23 de mayo del 2025, fecha en que expidió el boletín de prensa: “La Misión de Observación Electoral (MOE) de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para las elecciones de autoridades del Poder Judicial de la Federación de México inicia este fin de semana su trabajo en el país de cara a los comicios del domingo 1 junio”.
Asimismo la mandataria aseguró que la OEA intervino en asuntos políticos que solamente tienen que ver con las y los mexicanos; además, consideró un exceso el que la misión haya “orientado” a los países de América Latina acerca de no definir a sus poderes judiciales a través del voto popular; ello, a pesar de que el “Manual para las misiones de observación electoral de la OEA” consigna claramente que, además de apoyar al país anfitrión en el fortalecimiento y desarrollo de sus instituciones y procesos electorales mediante la emisión de recomendaciones técnicas e imparciales que se elaboran sobre la base de la observación, las misiones “también contribuyen a que la comunidad internacional profundice su conocimiento sobre los sistemas electorales a través de la elaboración de estudios y la recopilación de mejores prácticas en la materia”.
El citado manual detalla que, entre los objetivos de las misiones está el constatar el cumplimiento de las normas electorales vigentes en el país anfitrión y el desarrollo del proceso electoral a la luz de los instrumentos y normas adoptados por los Estados miembros de la OEA, y de estándares internacionales; además de formular declaraciones oportunas e imparciales dirigidas al público, presentando sus conclusiones y recomendaciones con el fin de mejorar los procesos conexos con las elecciones.
El trabajo de las misiones de la OEA debe “llevarse a cabo con el más alto grado de imparcialidad en relación con los contendientes políticos nacionales y debe estar libre de toda clase de consideraciones bilaterales o multilaterales que puedan entrar en conflicto con la imparcialidad”, consigna también el documento.
El informe preliminar es puntual y correcto en cuanto a los hallazgos y las recomendaciones; vale la pena leerlo con calma para constatar que mucho de lo que ahí se dice, había sido ya advertido por organismos internacionales y especialistas en la materia, tras la presentación de la iniciativa de reforma judicial por parte de López Obrador.
El disgusto de la presidenta, evidentemente, radica en que -en principio- la elección, si bien fue legal; no obtuvo la legitimación de los votantes que esperaban. Y, por otro lado, el informe preliminar concluye que no se trata de un proceso recomendable, lo que deja muy mal parada a la 4T ante la comunidad internacional.
Y, por cierto, entre las condiciones para aceptar una invitación de un Estado miembro y desplegar una misión de la OEA, debe garantizarse que este no intervenga en los pronunciamientos de la misión y respete la independencia de sus comunicaciones… lo que -queda claro- Claudia Sheinbaum no hizo.
Una elección inédita, impresionante y maravillosa
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