En conclusiones, estimó que no se alcanzará la meta del gobierno mexicano de reducir el déficit fiscal a 3.9% del PIB; sugirió “subsanar debilidades" combatiendo el lavado de dinero y el crimen
El Fondo Monetario Internacional (FMI) elevó su pronóstico de crecimiento para la economía de México para este año, para dejarla en 1 por ciento. Esta nueva proyección contrasta con el 0.2 por ciento que previeron en julio, se aleja de la contracción de 0.3 por ciento estimada por ellos mismos en abril y sigue debajo de la expectativa de crecimiento de 1.7 por ciento que tenían en enero.
Al divulgar las primeras conclusiones a la visita anual que realizó la misión de expertos del FMI al país, en cumplimiento al Artículo IV de los estatutos de la membresía, explicaron que las exportaciones se han mostrado resilientes, compensando el debilitamiento que han registrado el consumo y la inversión.
En la declaración preliminar, precisaron que la consolidación fiscal, así como la política monetaria “que sigue siendo restrictiva” y las tensiones comerciales con Estados Unidos, han incidido en el consumo y la inversión. Agregaron que un relajamiento adicional de la política monetaria debería implementarse una vez que quede más claro que la inflación está en una trayectoria hacia la meta del 3 por ciento.
Si bien reconocieron que la relajación de la política monetaria observada en los meses recientes ha sido apropiada, subrayaron que “recortes adicionales de la tasa de interés requerirán de señales claras de que la inflación subyacente y las expectativas de inflación están en camino a la meta puntual del 3 por ciento”.
Exportaciones apuntalan al PIB incluso en 2026
En estas primeras conclusiones, explicaron que “una demanda más fuerte a la esperada en Estados Unidos y una resolución de la incertidumbre arancelaria, por una revisión favorable del T-MEC o un mayor uso de las preferencias del tratado, representan riesgos al alza para las proyecciones".
Para el próximo año, anticipan que la economía conseguirá un crecimiento de 1.5 por ciento que está lejos del 2 por ciento que esperaban en enero, pero es mayor del 1.4 por ciento estimado por ellos mismos en abril y julio. El gobierno anticipa que el PIB alcanzará el próximo año un crecimiento que fluctuará entre 1.8 por ciento y 2.8 por ciento, según los Criterios Generales de Política Económica 2026 presentados ante el Congreso.
Esto significa que el equipo económico del gobierno de Claudia Sheinbaum espera que la economía registrará un crecimiento puntual de 2.3 por ciento en el segundo año de gobierno, una proyección alejada del 1.5 por ciento previsto por el FMI.
Tras una visita de una semana, donde tuvieron oportunidad de entrevistarse con las autoridades financieras del país para identificar la salud de la economía, y una serie de entrevistas virtuales con actores económicos del país, encontraron que “para fortalecer la confianza de los inversionistas y a la continuidad de la cadena de suministro deben evitarse las medidas que distorsionan al comercio como la reciente imposición de aranceles a la importación de productos específicos”.
Apuntalar consolidación fiscal con más ingresos tributarios
En las conclusiones preliminares, estimaron que no se alcanzará la meta del gobierno de reducir el déficit fiscal a 3.9 por ciento del PIB, como había estimado el gobierno desde el año pasado.
Si bien reconocieron que se logró reducir por amplio margen la expansión fiscal que condujo en su último año de gobierno el ex presidente anterior, estiman que éste terminará en 4.3 por ciento del Producto. Por ello consideran que es necesario “intensificar los esfuerzos para que la deuda pública inicie una trayectoria descendente”.
Según sus cuentas, las metas de déficit para 2026 y años siguientes propuestas en el proyecto de ley de presupuesto 2026 implicarán un aumento sostenido de la relación entre la deuda bruta y el PIB a lo largo del tiempo “acercándose al 61.5 por ciento del Producto en 2030”.
Fortalecer estado de derecho
En el documento, sugirieron “subsanar debilidades contra lavado de dinero y la lucha anticrimen”, así como salvaguardar el profesionalismo en sistema judicial.
“Es necesario abordar la cuestión del delito que sigue siendo uno de los principales obstáculos al crecimiento”, destacaron.
En el marco de la reforma judicial, que reconocieron “entraña un profundo cambio hacia una participación democrática más amplia (…) debe incluir salvaguardias que garanticen la transparencia, el profesionalismo y la rendición de cuentas”.
Desde su perspectiva, estos son aspectos esenciales para la confianza de los inversionistas que ayudará en la transición para pasar de designaciones basadas en carreras profesionales a un sistema de elecciones populares como el que ha entrado en funciones.
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