Uno de los activos más grandes que tiene Querétaro en la actuación se llama Edgar Wuotto, quien no ha parado de trabajar desde que decidió dedicarse a ello, gracias a su profesionalismo y versatilidad
Con una trayectoria de más de dos décadas en cine, teatro y televisión, el actor queretano Edgar Wuotto se ha consolidado en la industria con participaciones en producciones internacionales como “Fear the walking dead” y “The legend of La Llorona”.
Impulsor de teatro en la capital queretana, Wuotto no solo es reconocido por crear impresionantes producciones históricas itinerantes que sorprenden a los transeúntes, sino que también demuestra su versatilidad para interpretar magistralmente desde drama hasta comedia, participando en innumerables piezas teatrales y otras más para la pantalla grande. Con “Batman azteca… choque de imperios”, el actor hizo su debut en la animación dando voz a Ocelotl, en una experiencia muy enriquecedora que calificó como agotadora pero increíble, solo por mencionar uno de sus trabajos recientes.
¿Cómo nació tu gusto por la actuación?
Yo creo que fue gracias a la semilla que me plantaron mi abuela materna y mi tía abuela, quien era poeta, nos contaba cuentos que sacaba de su mente y era increíble viajar a otros mundos por medio de su imaginación. Con mi abuela veía mucho cine mexicano, con ella y con mi madre íbamos mucho al teatro, a ver todo tipo de cine, cine de arte, cine comercial, cine francés, cine italiano; con esto creo que me surgió el gusto por las buenas historias, por dejarme tocar, conmoverme, reír; algo me movían dentro.
¿Recuerdas en qué momento decides dedicarte a la actuación?
Sí. En “prepa” me invitaban a hacer videos y yo me disfrazaba, en ese momento era solo un disfraz, ahora ya sé que lo que hacía era que me caracterizaba y creaba un personaje, y lo hacía tan bien que ni mis compañeros sabían que era yo, no me reconocían. Al principio no me animé a hacer teatro, entré al taller de teatro, pero para hacer escenografía, no me animaba a actuar, pero yo creo que ahí empezó esa chispita de la actuación. Ya entrando a la carrera, yo soy mercadólogo, me animé a hacer una audición y no quedé. Pero hablé con el maestro para que me dejara ir a escuchar y en algún momento faltó un actor y me dijo: “Vas, te quedas con el papel”. Entré con todas las ganas del mundo, era una farsa que se llamaba “El fabricante de deudas”. Empecé a crear mi personaje de la nada para ver qué hacía para que fuera interesante y cuando estrenamos vi que gustó mi personaje. Al terminar la función me fui tras bambalinas y algo pasó, algo se movió en mí que me hizo decir: “Yo de aquí no me bajo y me voy a dedicar a esto”. El director se acercó y me dijo: “Me arrepiento de no haberte dicho que sí antes, me sorprendiste”, y me puso una firma en una fotografía que aún conservo como un recordatorio de lo que elegí en ese momento.
¿Cómo creas tu compañía de teatro?
Encontramos un espacio para hacer el centro cultural Sol y luna, empezó como galería y cada que se hacían exposiciones hacíamos algo de actuación; realizamos una obra que englobaba danza, teatro y poesía que se llamó “Nocturnos”, y después se montó “Bodas de sangre”, que digamos que fue la primera obra formal de este espacio, con todas las dificultades y las ganas de crear un espacio cultural independiente.
En Querétaro eres reconocido por tus personajes históricos, ¿cómo surgen estos proyectos en tu carrera?
Como te contaba, mi tía abuela, que escribía poemas, vivió la Revolución mexicana de niña y por las vivencias que tuvo me contó muchos episodios de la familia muy interesantes en esa época. Tenía una gran información que me apasionaba, me inspiraba, me conmovía y, por otro lado, el hermano de mi mamá siempre nos habló de historia universal y eso es algo que siempre me ha gustado, así me empecé a interesar por esos personajes históricos, esos héroes que hacen justicia, independientemente de lo polémico, de lo acertado o interpretado que puede ser la historia, porque hay muchas versiones, como esa parte romántica que conservamos y que a la gente le gusta. A partir de ahí tuve la oportunidad de entrar a una compañía con Héctor Bonilla, que hizo a Hidalgo, y cuando se fundó Sol y luna, yo dije: “¿Por qué no hacemos teatro histórico itinerante?”, y la primera fue una obra de la Independencia de México, con Rogelio Guerra como Hidalgo y Verónica Langer como doña Josefa. Era muy emocionante hacer la mitad de la obra en el teatro y luego salíamos a caballo al centro; el taconazo se hacía en el balcón de la Casa de La Corregidora, de ahí salía Ignacio Pérez con su caballo. Ver que la gente se sumaba en la calle para vivir este teatro histórico, ver cómo lo disfrutaban, nos hizo hacer más. Hicimos “La Carambada”, que llevamos a París, y el público nos ovacionó allá y eso nos llenó de mucho orgullo.
Hablando de héroes, participaste en la película “Batman azteca”, ¿cuál fue tu experiencia al hacer este proyecto?
Este fue un ‘casting’ de voz y me llamaron para hacer la voz original de Ocelotl, junto a actores como Omar Chaparro y Álvaro Morte. Primero lo hice sin ver el personaje, pero ya cuando pude hablar sobre el personaje, fue increíble porque no solo es lo que habla el personaje, sino lo que siente, el sudor, el correr, el gritar en las batallas, es muchísimo trabajo, yo salía agotado. Es un proyecto muy interesante porque es un Batman mexicano que entró superbién a la cultura azteca y que ha gustado mucho, ha durado en cartelera y eso es muy bueno para una película animada y mexicana.
Como actor, ¿qué te falta hacer?
Desde hace mucho tiempo tengo tres historias en mi cabeza y quiero hacer cine, no como actor, sino que sean películas mías, quiero dirigir en cine.
Ahora que tienes una carrera consolidada, ¿qué le dirías a ese pequeño al que llevaban al teatro?, ¿alguna vez te imaginaste estar arriba del escenario?
Actuar es jugar y así recuerdo mi niñez: yo me la pasaba afuera, me inventada personajes, historias, creía que estaba realmente en una jungla, pero por alguna razón era muy tímido, me daba pena hablar en público, así que yo le diría a mi Edgar: “Confía, no es para tanto. Tranquilízate, vas por buen camino”. Creo que eso se lo diría no solo a mi Edgar, sino a mis hijas y a todos los niños: “No es para tanto, no le des tanto poder al miedo y a lo que la gente dice de ti”.
¿Qué proyectos tienes en puerta?
Hay una película que hice en Celaya sobre Tres Guerras, que es como el Miguel Ángel mexicano, hago un personaje inglés y no sé cuándo vaya a estrenar; hay otra película con la que acabo de ir al festival de Cine de Valle de Guadalupe, una película que tiene que ver con la gastronomía que se llama “Amor a fuego lento”, una comedia romántica con actores como Isaura Espinoza y el director René Bueno. Además, participé en la cuarta temporada de la serie colombiana “El Capo”, con escenas de acción increíbles, y sigo en teatro aquí en Querétaro, en Sol y luna, con una adaptación increíble y divertidísima de “Drácula”.
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