lunes, 3 de noviembre de 2025

Tormenta deja un kilómetro de destrucción en Peñuelas

Una lluvia torrencial destruyó la calle Obreros, en la colonia Peñuelas. Foto: Mauricio Hernández
Una lluvia torrencial destruyó la calle Obreros, en la colonia Peñuelas. Foto: Mauricio Hernández

La lluvia torrencial del viernes, equivalente a la caída de 80 litros de agua por metro cuadrado, arrasó con pavimento, banquetas, empedrado y tuberías en la colonia Peñuelas

Desde Cocineras hasta Estibadores, la lluvia torrencial del pasado viernes 22 de agosto por la noche dejó un sendero de destrucción a lo largo de un kilómetro de la calle Obreros, la zona que concentró la mayoría de los daños en la colonia Peñuelas.

La tormenta eléctrica, que duró por lo menos seis horas y cesó hasta la madrugada del sábado 23, provocó una corriente de agua cuya fuerza arrasó con el pavimento de asfalto, el antiguo empedrado, arrastró piedras y rompió las tuberías tanto de drenaje como de agua potable.

Aunque esta zona ha sido una de las más golpeadas por el impacto de las precipitaciones desde hace décadas, los vecinos no ocultaron su asombro por la magnitud de las afectaciones que incluyeron banquetas destrozadas, vehículos arrastrados y hasta un autobús varado junto al dren pluvial.

“Fue muy feo, no habíamos visto algo así. Siempre baja el agua con fuerza desde Menchaca, San José El Alto y Chichimequillas, pero desde que pusieron cemento y asfalto y taparon todo el empedrado ha sido peor. Ojalá ahora que arreglen la calle dejen el empedrado (…) El agua se filtra mejor”, narró Hortensia Salinas.

Construidas en el borde del canal, algunas viviendas sufrieron daños estructurales, ya que el caudal de agua arrancó algunas partes de las paredes del dren pluvial que desemboca en el bordo Benito Juárez, ubicado en el Parque Querétaro 2000, y recibe el agua proveniente del norte de la ciudad de Querétaro.

Como un huracán

Mientras maquinaria pesada trabajaba para retirar los escombros, tierra y piedras, vecinos de la colonia Peñuelas limpiaban el interior de sus viviendas, pese al olor fétido de las tuberías rotas y las aguas negras provenientes de las alcantarillas tapadas.

“Es como si hubiera pasado un huracán o un terremoto”, mencionó Saúl Gómez, dueño de una tienda de abarrotes situada junto al dren.

Según los registros de la Coordinación Municipal de Protección Civil de Querétaro, la tormenta del viernes fue equivalente a la caída de 80 litros de agua por metro cuadrado. 

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